«Yo me apunto otra vez a la peña, si se organiza para el sorteo de Reyes»
Carlos Resa reparte un décimo del cuarto premio en una peña de 80 personas que juega 600 números
Los grandes premios de la lotería de Navidad han esquivado Álava pero han dejado un pellizco de 200.000 euros en Llodio. Carlos Resa, el ... lotero de la administración que ha vendido una de las series del 42.833, uno de los cuartos premios, descorchaba una botella de cava para celebrarlo. De los diez décimos de la serie, nueve se han vendido en ventanilla y sus propietarios no han dicho ni pío en todo el día. «Algunos se enterarán cuando lo miren, porque la gente lo que sabe es que ha tocado un premio en Llodio», explicó. Sin embargo, la historia más jugosa es la del camino que ha recorrido uno de esos décimos. Forma parte de un lote de 600 números con los que juega una peña creada en el mes de septiembre. «Me hacía ilusión crear esta peña solo para el sorteo de Navidad porque es el más bonito y era una forma de jugar muchos números por poca cantidad de dinero», explica Resa. El cupo estaba limitado a 80 personas. Una de ellas es Julio Temiño, encantado con su suerte. «Todavía tenemos que revisar todos los números, porque son 600. Puede que tengamos alguna pedrea además de los 20.000 euros del décimo premiado», explicaba confiado. La idea de la peña es «repartir a partes iguales lo que nos toque», aunque él ya tiene claro que «si se monta otra peña parecida para la lotería de Reyes, yo me apunto». Aunque todavía no sabe cuánto va a cobrar con esta primera experiencia, siempre cabe darse algún capricho como «salir a cenar con la familia» o incluso, con los ochenta miembros del grupo.
La posibilidad de jugar seiscientos números por los 150 euros que han pagado, garantiza unos ingresos mínimos sin dejarse un dineral. «Yo soy miembro de otros grupos parecidos de Primitiva y eso te permite jugar muchas apuestas y aumenta las posibilidades de que te toque algo», asegura Temiño. La fiscalidad ha querido que esta vez, el premio esté exento de pagar impuestos, así que los afortunados, podrán percibir el importe íntegro.
La familia Resa
Llodio se puede considerar una localidad afortunada en los sorteos de lotería porque ya ha ingresado más de 220 millones de euros que ha repartido la administración La Casa de Resa. «En toda mi vida no voy a vender yo esa cantidad de dinero», explicó su exultante responsable. «Somos la administración que más vende en Álava y la cuarta en el País Vasco», aseguraba su titular. De ello dan buena cuenta las colas interminables que se forman a menudo en la puerta de la administración y que durante el último fin de semana, sus puertas hayan estado abiertas en horario normal, como cualquier día laborable para atender al público. Aún así, todo el personal se ha sumado a la huelga convocada por los loteros «porque llevamos diecisiete años con las comisiones congeladas» y solo abrieron para atender a los medios de comunicación.
La familia Resa ha dejado un reguero de millones en Llodio con la lotería de Navidad y del Niño desde que Daniel y Resa y Milagros Mendía, los padres del actual titular, abrieran la administración en el barrio de Areta en 1982. La lluvia llegó en 2009, cuando el sorteo del Niño regó el barrio de Latiorro con 60 millones gracias al 56.306. Fueron cientos los vecinos afortunados que vieron sus sueños hechos realidad. Al año siguiente, la misma administración repartió un millón de euros en pedreas. En 2016 llegó el Gordo de Navidad con el 15.784 para dejar seis millones en el centro andaluz. «Coincidió con el día de nuestra apertura», explicaron entonces en el establecimiento.
La última cita de Llodio con la suerte tuvo lugar en 2018 cuando llegaron 34 millones del cuarto premio de Navidad con el 42.206. La pastelería Dastaketa repartió un millar de décimos y el restaurante El Túnel hizo lo mismo con otros 500 en Areta, además de los que entregó el propio Carlos en la ventanilla.
También en Navidad, fue muy importante el premio de 9'6 millones que dejó el Cuponazo de la ONCE en 2011 en el centro Gallego con el número 48.104, aunque aquella vez, hubo que rescatar el boleto de la basura, donde acabó tras el cotillón de Nochevieja.
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