Tortillas cremosas de escándalo en Getxo

«No es lo mismo que una tortilla esté cremosa a que esté cruda», explica Javi Clemente, propietario junto a Roxana Mamani del bar Koldo de Getxo. ¿La diferencia? «Es muy sencillo. Hay muchos bares que te sacan la tortilla, la abres y el huevo y la patata digamos que se despegan. Aquí no, todo va unido», destacan.

Ubicado en el barrio de Romo, a un paso de la estación de metro de Areeta, esta pareja es reconocida en el vecindario por su buena mano con las tortillas. Desde que abrieron el local en diciembre de 2019, sus fogones no han parado de funcionar. «Es una locura. Hacemos lo que podemos -cuentan con una cocina que sorprende por su pequeño tamaño-. Nuestro secreto es respetar los tiempos de cocinado. La primera tortilla de la mañana tarda algo más, pero entre que se acaba una y reponemos otra, tardamos unos 40 minutos», cuentan.

Al día suelen sacar una media de 8 tortillas, cifra que se dispara hasta las veinte los jueves -la sirven en el 'pintxo pote'- o las 16 el fin de semana. Además de la clásica (2 euros), han sumado al mostrador la de queso y trufa por veinte céntimos más, una explosión de sabor y jugosidad. Lo que tienen en común es que ambas llevan cebolla, un ingrediente «innegociable» para estos hosteleros.

Pero el Koldo es mucho más que un bar de pintxos de tortilla. También dispone de bocados elaborados, como el de pulled pork o el de brioche. Asimismo cuenta de una estudiada carta de raciones y hamburguesas que sirven todos los días. Entre sus platos, destaca el tataki de atún con guacamole, mayonesa de kaisou y katsuobushi (alimento preparado a partir de atún listado), quesadillas de maiz de nopal, que se caracterizan por ser más oscuras que las normales, con crema agria, jalapeños, pico de gallo, pulled pork y queso cheddar o las patatas bravas y el carpaccio de pulpo. La pareja asegura que «el 90% de las elaboraciones son hechas en el establecimiento».

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