Cuando el PNV tenía sección femenina y clases de cocina
En 1933 se editó uno de los pocos recetarios colectivos y políticos de nuestra historia gastronómica: 'Lecciones prácticas de cocina' de Emakume Abertzale Batza
En el mundo anglosajón existe una categoría de literatura culinaria prácticamente desconocida por estos lares: los community cookbooks o recetarios comunitarios. A diferencia de los libros de cocina convencionales, que tienen un propósito comercial y habitualmente son obra de un solo autor, los «recetarios de comunidad» constituyen el proyecto colectivo de un grupo unido por un interés concreto. Los impulsores pueden venir de una asociación vecinal, una congregación religiosa, un movimiento político o una organización cultural, de cualquier ámbito en el que se necesite recaudar dinero (en este caso a través de la venta de un recetario) para una causa común como fueron, en su momento y en el caso de Estados Unidos, desde el sufragismo y los derechos civiles hasta la financiación de una escuela o las obras en una iglesia.
Lo que importaba era la causa, siempre altruista, y no tanto el contenido ni la calidad de las recetas, pero hoy en día los viejos community cookbooks son objeto de estudio debido a que ofrecen una interesantísima visión sobre la comunidad en la que nacieron. Gracias a ellos, por ejemplo, pueden conocerse las prácticas alimenticias de un determinado grupo social, el lenguaje que empleaban sus miembros o qué tipo de platos e ingredientes consideraban como propios de su comunidad. Por eso me parece llamativo que —hasta donde yo sé— ninguna investigación sobre Emakume Abertzale Batza, la asociación femenina del PNV nacida en 1922, haya ahondado en las páginas de 'Lecciones prácticas de cocina', el recetario que esta agrupación político-benéfica editó en el año 1933 y en base al cual se impartían clases de cocina en varias de las sedes que EAB tuvo en Euskadi en esa época.
Sobre el origen y trayectoria de EAB pueden ustedes leer estudios tan completos como 'Emakume Abertzale Batza: la mujer en el nacionalismo vasco' (tres volúmenes de Policarpo Larrañaga, 1978), 'Mujeres y nacionalismo vasco: génesis y desarrollo de Emakume Abertzale Batza (1906-1936)' (Mercedes Ugalde, 1993) o el reciente 'Emakumeak aberria eginez - Emakume Abertzale Batza 100 urte' (B. Bilbao, G. Ezkurdia y K. Pérez, 2023). Todos mencionan el interés que esta organización femenina nacionalista tuvo en la formación de sus afiliadas, la celebración de cursos de cocina tanto en Bilbao como en Irún, San Sebastián y otros lugares en los que tuvo presencia y también la existencia de este librito de 72 páginas, pero no lo han analizado desde el punto de vista gastronómico. ¿Qué cocinaban las emakumes de EAB o, más bien, qué enseñaban a cocinar?
El voto femenino
Emakume Abertzale Batza se fundó con la intención de que la mujer «cooperara felizmente en la liberación de la patria» no sólo colaborando en tareas asistenciales o logísticas sino mediante la preservación y proliferación de la raza, la defensa del catolicismo y la educación moral, cultural y sentimental de las nuevas generaciones, todo ello siguiendo al pie de la letra las ideas sabinianas. Prohibida en 1923 por orden de la dictadura de Primo de Rivera, resurgió con fuerza en 1931 a pesar de que por entonces los estatutos del PNV aún no permitían que las mujeres fueran militantes de pleno derecho. Recordemos que a finales de ese mismo año la Segunda República aprobó el voto femenino: de repente a todas las formaciones políticas les entró prisa por ganar para su causa a las mujeres. Socialistas, carlistas, nacionalistas y conservadores emprendieron campañas de propaganda entre la población femenina y organizaron diversas actividades orientadas a despertar simpatías... y votos. No serían pocas las mujeres que acabaron decantándose por tal o cual bando gracias a los comedores benéficos de las »margaritas« carlistas o a las clases de cocina que la marquesa de Parabere daba en Juventud Católica de Bilbao.
De Maritxu la marquesa se ha dicho alguna vez que también fue profesora en los cursos culinarios de EAB, pero yo no he encontrado rastro de ello. Sí de que desde 1932 en la sede que las «emakumes» tenían en Bilbao hubo clases de higiene, enfermería, puericultura, euskera, inglés, contabilidad, mecanografía, solfeo, piano y por supuesto de cocina, materia que estaba especialmente solicitada ya que llegaron a organizarse cuatro turnos diarios. En 1935 daban en Bilbao las 20 lecciones de las que constaba el curso de cocina doña Jesusa de Argaluza y la señorita Josefina de Gárate «con la colaboración del entusiasta abertzale D. Paciano de Solozábal», que era dueño y chef del restaurante La Terraza en Hurtado de Amézaga. Algunos apuntes mecanografiados de esas clases están en los archivos de la Fundación Sabino Arana y una versión más extensa se editó en junio de 1933 con el mismo sistema de menús completos (dos o tres platos más postre) que seguían las clases de EAB. 'Lecciones prácticas de cocina' no tiene índice ni materias, sino más de 300 recetas agrupadas en 15 minutas para «comidas y cenas modestas», otras 15 para comidas de vigilia y 10 para ocasiones extraordinarias.
Teniendo en cuenta su vinculación con EAB y sus planteamientos nacionalistas resulta curioso, por un lado, que el recetario entero se escribiera en castellano y que sólo uno de sus platos fuese titulado en euskera (porru-saldie), y por otro que las emakumes no tuvieran prejuicios a la hora de recomendar sabores foráneos. Incluyeron decenas de recetas extranjeras como consomé italiano, queso chino o pudding soufflée y también varias de otras regiones de España como el pote gallego, el tumbet mallorquín o el arroz a banda alicantino. «Por sólo 2 pesetas la cocina vasca deja de tener secretos para una emakume», decía la publicidad del libro. Qué bien que para ellas la cocina vasca pudiera abarcarlo todo.