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Una vida para comérsela: Cada edad tiene sus alimentos

La dieta, ajustada al patrón de la cultura mediterránea, tiene que ir adaptándose a las necesidades propias de la edad, de la infancia a la vejez

Jueves, 20 de febrero 2025, 17:26

Cuando no tenían otra cosa mejor que darles, los médicos solían recetar a los pacientes de tuberculosis paz, tranquilidad y buenos alimentos. Eso se cuenta... En realidad, bien mirado, tampoco es un mal consejo se esté o no infectado por el bacilo de Koch. Aquella receta, llamémosle social, ha ido mejorando con el tiempo e incorporando nuevas terapias. La lista incluye ya la práctica de ejercicio físico y dormir bien; y tampoco descarte que en el futuro introduzcan en ella, por ejemplo, viajar, mantener sexo y ser feliz, que tampoco está mal.

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La dieta, en fin, a lo que íbamos, es fundamental. La Sociedad El Sitio ha organizado para el próximo día 20 a las siete de la tarde en el hotel Silken Indautxu de Bilbao una charla sobre alimentación saludable a lo largo de la vida, a cargo del médico y nutricionista Javier Aranceta. Hemos pedido al experto, presidente de la Real Academia de Medicina del País Vasco, que nos adelante el secreto. Dice que esto de la salud y la dieta es algo que tiene que comenzar antes incluso de nacer.

Proyecto de bebé.

El camino para una vida sana requiere una alimentación saludable, libre de todo tóxico desde meses antes de la fecundación. La comida de los padres, el consumo de drogas (alcohol y tabaco incluidas), el ejercicio que se practique, todo influye en la calidad del material genético generado. Óvulos y espermatozoides de calidad requieren dieta mediterránea y zapatillas deportivas.

Embarazo.

El bebé toma forma y aprende a metabolizar los alimentos en el útero materno. De ese aporte nutricional dependerá en buena medida su propia maquinaria para el procesado de alimentos. La microbiota –los millones de virus y bacterias que pueblan nuestro intestino– comienza a definirse al abandonar el nido uterino, en el momento del parto.

Lactancia materna.

El alimento perfecto para la alimentación del bebé es la leche de su madre. Si puede dársela, no lo dude. «Es un sello de garantía para toda la vida», rubrica Aranceta. Favorece no sólo un mejor estado físico sino también un mayor bienestar emocional. Producto «premium», kilómetro cero, auténtica nutrición de precisión, ajustada a las necesidades de cada bebé. Contiene todos los nutrientes que necesita la criatura y aporta inmunidad. Su sabor está condicionado por la alimentación de la madre. Más amargo si se comen, por ejemplo, alcachofas, y más dulce, si se ha tomado calabaza.

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Infancia.

La edad escolar es el momento de educar el gusto. Muchos padres consideran hoy que lo moderno es dar a los niños lo que les gusta. Prueben a darles sólo productos dulces y verá la faena que les hacen. Han de aprender a qué saben los distintos productos –tomates, lechuga, alubias...– y a disfrutar de todos. Enséñele a hacer cinco comidas. Un desayuno sano, aperitivo a media mañana, comida, merienda y cena ligera.

La adolescencia.

Palabra que viene del término latino 'adolescere', que significa adolecer. Podría traducirse como la etapa de sufrir y crecer pese a todo. Si se han hecho bien los deberes antes, será más fácil. Los padres cuentan poco. Guían la cuadrilla de amigos, las redes sociales, el marketing. No se enfrente por tonterías. Podría lograr el efecto contrario. Si lo piensa bien, no pasa nada por comerse una hamburguesa o una pizza el fin de semana, si el resto del mes come bien en casa.

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Edad adulta.

A partir de los 40 hay que preparar la vejez. Es más importante que nunca cumplir con la norma de verduras, cereales, hortalizas y pescado más que carne. Busque productos ricos en omega 3 y nutrientes antiinflamatorios, como pescado azul y frutos secos.

Vejez.

Recuerde aquello de que 'el que tuvo, retuvo y guardo para la vejez'. No descuide el ejercicio físico y cuide su microbiota, determinante para gozar de una buena salud mental. Coma de todo sin abusar de nada, relaciónese con la gente todo lo que pueda y procure dormir bien.

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Feliz semana, feliz vida.

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