Tres cucharadas de oro al día
No se deje asustar por el elevado precio del aceite de oliva virgen extra, pilar básico de la dieta mediterránea: es coyuntural y con muy poco, basta
Si uno quiere viajar de Madrid a Bilbao no puede quedarse en Burgos y decir que ha visto el Guggenheim. O recorre 400 kilómetros o cambia el Puppy por el Cid Campeador. Pasa lo mismo con la dieta mediterránea. O es completa o no lo es. Haciendo gala de su reputación de oro líquido, el aceite de oliva virgen extra, se ha puesto a precio de joyería. Y muchas familias, para ajustar presupuestos, han comenzado a eliminarlo de su cesta de la compra. No cometa ese error. Con tres cucharadas al día, basta.
La Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) ha hecho un llamamiento a la cordura doméstica para que se mantenga el AOVE (como le llaman los modernos) en la lista de la compra. El especialista Fernando López Segura, que lleva más de treinta años investigando el impacto en la salud humana de este producto, ha asegurado en el congreso nacional de la agrupación que el consumo recomendado es de 40 a 50 mililitros por persona y día.
Eso viene a ser, lo dicho, como tres o cuatro cucharadas soperas. Con una pauta así, un litro o litro y medio de aceite del bueno, del de pura cepa, sería suficiente para pasar todo el mes. «A la inversión en nuestra salud y la de nuestra familia no hay que ponerle precio; y más cuando se están destinando más recursos a hábitos nocivos como la ingesta de alcohol y el tabaco, mucho más caros y perjudiciales», ha dicho el especialista.
Diez o quince euros al mes
Permítanme, en este punto, un poquito de opinión. El ejemplo del especialista no me parece bueno. Estoy convencido de que ni los consumidores de la famosa copa de vino con la comida ni los fumadores empedernidos van a abandonar tan fácil una y otra costumbre. Hay, además, muchos consumidores que ni fuman ni beben una gota de alcohol. El asunto es otro.
De lo que se trata –para mí– es más bien de reajustar la economía familiar para evitar prescindir de un producto altamente saludable, que forma parte de nuestra cultura culinaria y que, además, es delicioso. En realidad, como sí dice López Segura, especialista de la Unidad de Lípidos y Arteriosclerosis del hospital Reina Sofía de Córdoba, este desembolso mensual de 10 ó 15 euros no puede considerarse un gasto, sino una inversión. Por encima de todo hay, además, otro argumento que no puede dejarse de lado. El de la tranquilidad, que no pasa nada. «Su precio actual es coyuntural, ya bajará», asegura el experto y todo apunta a que es cierto.
El estudio 'CordioPrev', dirigido por Fernando López Segura y publicado en la prestigiosa revista 'The Lancet', ha vuelto a poner de manifiesto por qué la dieta mediterránea es el único patrón alimentario que cuenta con el aval de la ciencia. Unos mil pacientes que habían sufrido un infarto el año anterior fueron estudiados durante siete años. La mitad siguieron la tradicional pauta alimentaria basada en un elevado consumo de alimentos de origen vegetal, verduras, pescado y más carne blanca que roja. La otra mitad mantuvo un plan alimentario bajo en grasas.
Los chavales pasan de todo
Después de esos siete años, la supervivencia resultó mucho mayor en el grupo de la dieta mediterránea. Se reinfartaron o murieron un 27% menos de pacientes, que en el caso de los varones llegó incluso al 32%. El trabajo contiene «multitud de datos» que demuestran que el aceite de oliva virgen extra es una fuente de salud que protege frente a las enfermedades vasculares y mantiene a raya el colesterol, la hipertensión, la diabetes, la oxidación, la inflamación de los tejidos...
Es un tesoro cultural que, como sociedad, estamos obligados a conservar. Otro trabajo, presentado por la endocrinóloga Guadalupe Blay, llega a la conclusión de que sólo el 30% o 40% de los mayores de 50 años siguen la pauta mediterránea. Entre los niños y jóvenes, más propensos a la comida basura, apenas el 10% o 20%. Ellos se lo pierden. Feliz semana.