La dieta de la fertilidad
Nuevos estudios revelan que una alimentación sana y equilibrada mejora la calidad del esperma y aumenta en 1,4 la probabilidad de lograr un embarazo
La dieta mediterránea es la bomba. La última aplicación que se le ha encontrado a la alimentación al estilo del sur de Europa es la fertilidad. Un plan de comidas basado en la triada frutas, cereales y pescado no sólo mejora la calidad del esperma en los varones, sino que en la pareja multiplica, además, por 1,4 las posibilidades de lograr un embarazo. El asunto parece de tal trascendencia que cuatro sociedades científicas españolas se han unido esta semana para impulsar una campaña de concienciación sobre los efectos del sobrepeso en la fertilidad de hombres y mujeres. Ojo, que no hablan solo de la obesidad, que es peor, sino de los kilos de más.
«El exceso de peso constituye una de las causas menos conocidas de la infertilidad;y de hecho es también uno de los factores que más influyen en este fenómeno», afirma el especialista Luis Martínez Navarro, presidente de la Sociedad Española de Fertilidad. Junto a la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), la del Estudio de la Obesidad (SEEDO)y la de Urología (AEU), las cuatro agrupaciones han puesto en marcha la campaña 'La infertilidad, una razón de peso'. Hablan de los kilos de más de unos y otras, que influyen de manera decisiva en la capacidad de lograr un embarazo. Comer bien es fundamental para todo. La experiencia clínica lo demuestra.
Células de peor calidad
En los hombres, según han venido contando expertos de estas cuatro sociedades a lo largo de esta semana, el exceso de peso no sólo favorece una caída en la producción de espermatozoides sino que los generados sean, además, de peor calidad, dispongan de menor movilidad. La grasa acumulada puede llegar a ocasionar, incluso, disfunción eréctil.
La obesidad en las mujeres, por su parte, reduce a la mitad la probabilidad de lograr un embarazo. Además, provoca alteraciones menstruales y también una peor calidad de los óvulos, según explica la especialista Ana de Hollanda, coordinadora del grupo de Obesidad de la SEEN. La diferencia entre exceso de peso y obesidad viene marcada por lo que se denomina Índice de Masa Corporal (IMC), un concepto que, llegados a este punto, merece la pena explicar para comprender mejor el alcance del asunto.
El IMC es una fórmula matemática –discutida por algunos especialistas, pero que sigue siendo de referencia en nutrición– que consiste en dividir el peso en kilos entre la altura elevada al cuadrado. Si la cifra resultante supera la cifra de 25 se tiene sobrepeso. Cuando iguala o supera el índice 30 se considera obesidad.
De Hollanda asegura que por cada punto de incremento del IMC, la posibilidad de lograr un embarazo cae hasta un 10%. La experiencia en clínicas de reproducción asistida demuestra asimismo que con ese puntito de más la cifra de nacimientos disminuye un 9%. Tiene una explicación. «El exceso de grasa corporal afecta a la calidad de los óvulos y a su capacidad de fecundación», detalla la especialista. «Incluso se sabe que altera la función de la matriz y el endometrio, que es algo que está directamente relacionado con una mayor tasa de abortos», argumenta la experta.
En casa y en la consulta
Por eso, si se quieren evitar problemas a la hora de concebir hijos, la primera recomendación para las personas con obesidad y sobrepeso es perder kilos con un estilo de vida saludable que incluya dieta sana y ejercicio. En algunos casos es posible que ambas medidas no resulten suficientes y que se tenga que echar mano de fármacos; incluso de cirugía bariátrica.
Llegados a este punto, no se confíe. Es posible que se sigan teniendo problemas para la concepción, que es algo que, al parecer, resulta cada vez más complejo por razones que no solo tienen que ver con la nutrición. Estamos a las puertas de las navidades. Disfrútelas, pero no se abandone.