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Jantour | Nutrición

Un pescado muy barato, con grasa de la buena y que cuida tu corazón

La caballa es sumamente barata, por lo que animamos a su uso en cocina

Jesús Lens

Viernes, 24 de mayo 2024, 17:56

Pocas veces hablamos de dinero en esta sección, aunque siempre estemos hablando de propiedades. En este caso, sin embargo, comenzamos resaltando que la caballa es sumamente barata, por lo que animamos a su uso en cocina.

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Está documentado que la caballa se consume desde la prehistoria en los países ribereños del Mediterráneo, aunque serían las civilizaciones griega y fenicia las que empezarían a usarla a lo grande. Es parte esencial del garum, esa salsa que dio lugar a una pujante y lucrativa industria en tiempo de los romanos, que la caballa aparece recogida en los escritos de Catulo y Plinio. Hasta hace poco tiempo, se consideraba a la caballa como un pescado de descarte, pero ahora tiene mucho más predicamento.

Su nombre no es casual. Caballa procede del latín, obvio femenino de 'caballus'. Y es que hablamos de un pez que, para los romanos, cabalgaba sobre las olas del mar. En Ceuta se identifican tanto con ella que se ha admitido como gentilicio.

Hablamos de un pescado que se da tanto en el Mediterráneo como en el Atlántico y que, como buen pescado azul, es rico en omega 3, aportando esos ácidos grasos de los buenos, de los que protegen nuestra salud cardiovascular al fortalecer tanto el corazón como los vasos sanguíneos. Combate el colesterol y su consumo está recomendado por la Fundación Española del Corazón.

Ojo con el ácido úrico

Además, y por seguir con las propiedades, la caballa es rica en proteínas, muy adecuada por tanto para deportistas; y vitaminas, sobre todo de la B12 que, recordemos, solo podemos adquirir de fuentes animales. Además, como pescado graso, aporta otras familias de vitaminas como la A, D y E, con los múltiples y variados efectos positivos que tienen para la salud.

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Y si hablamos de minerales, además del fósforo, que a todo pescado se le presume, la caballa es rica en potasio, magnesio y yodo. Es precisamente por el fósforo, combinado con la vitamina D, que es una gran aliada de nuestro sistema óseo y dental, al favorecer la absorción de calcio.

Por ponerle un pero, ojo en el caso de padecer de gota: la caballa tiene un alto contenido en purinas y nuestro cuerpo las transforma en ácido úrico. ¡Cuidado ahí! Y si la vamos a tomar en conserva, se incrementa muy mucho el nivel de sodio, así que alerta también para las personas con hipertensión arterial.

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Formas de cocinarla

La carne de este pescado es níveamente blanca y muy sabrosa. En la pescadería pueden dejar preparados sus lomos, limpios de espinas. Vuelta y vuelta a la plancha con su chorrito de aceite, no necesita más para estar exquisita. En papillote resulta de lo más jugosa, además de conservar todas sus propiedades. Ahumada o marinada es una explosión de sabor en boca y es uno de los pescados que más y mejor funcionan escabechados. Con zanahoria, imbatible. La forma más sana de comerla es preparada al vapor con algunas verduras, o asada. ¡Y al vino blanco!

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