Ensalada César, la globalización verde
Es la ensalada más conocida del mundo. Tiene nombre propio y admite tantas variantes que podría convertirse en lechuga con cosas
Jesús Lens
Jueves, 31 de julio 2025, 19:11
Que se llame César y se haga con lechuga romana no es más que una casualidad gastronómica, denominativa y toponímica. Porque su origen se sitúa en México aunque bien es cierto que sus creadores eran de origen italiano.
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La ensalada César es un plato universal y tan globalizado que sirve como asidero en los lugares y momentos más insospechados. Cuando llegas a un hotel a medianoche después de un viaje agitado o cuando sales a cenar y no sabes bien qué pedir, por ejemplo. Refulge con luz propia en las cartas interminables con decenas de propuestas y es una inmejorable opción cuando los demás piden hamburguesas premium y prefieres algo más 'ligero'.
Ligero entre comillas. Porque a la ensalada César original se le han ido añadiendo tantos ingredientes que ahora llega a ser la pesadilla de cualquier nutricionista de bien. Su base es la lechuga, y se recomienda la romana -o la endivia- porque empezó comiéndose con las manos. Y se aliñaba con AOVE, queso parmesano, sal, pimienta, huevo, lima y salsa Worcestershire; una vinagreta que se ligaba a mano y delante de la clientela para terminar el plato en la mesa. Y los costrones, claro. Los picatostes.
La lechuga, ingrediente principal, tiene muy pocas calorías, que sus hojas son casi todo agua y apenas suman hidratos de carbono, grasas o proteínas. Eso sí, aporta una fibra de carácter insoluble y puede resultar indigesta, provocando gases. De ahí que la idea de cenarse una ensalada César, por mucho que sea un lugar común para noctámbulos solitarios al estilo Hopper; quizá no sea la mejor.
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