Antigua publicidad de Sukald (Industrias Izaguirre, Amorebieta).
Jantour

Las cocinas Sukald y los concursos gastronómicos para 'señoritas' en Amorebieta

Historias de tripasais ·

En la década de los 60 unas cocinas fabricadas en la localidad vizcaína se hicieron famosas gracias a una particular estrategia promocional...

Jueves, 14 de julio 2022, 00:32

Si ustedes creen que nuestra sociedad actual sigue pecando de machista, injusta y corta de miras, agárrense a la silla porque lo que viene a ... continuación les hará pensar que ahora vivimos en el paraíso. Comparar el pasado con el presente suele ser un recurso tramposo, lo sé. Las ideas, la moral o las convenciones acerca de lo que resultaba aceptable decir o hacer hace 60 años no eran las mismas que hoy en día, pero a veces conviene mirar atrás para entender cuánto han cambiado las cosas e imaginar cuánto cambiarán en el futuro.

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Actualmente sería impensable que en las fiestas de un pueblo se organizase un concurso de cocina sólo para mujeres y que además se hiciera chufla sobre el atractivo de las participantes o su capacidad para encontrar marido. Sin embargo durante los años 60 y 70 fueron habituales los certámenes que buscaban a «La mujer ideal» o «El ama de casa perfecta» y valoraban las aptitudes de mujeres reales en la cocina, la costura y la economía doméstica. A veces también puntuaban sus conocimientos sobre nutrición o medicina familiar, su compromiso solidario o sus inquietudes intelectuales, pero básicamente se trataba de elegir a la mujer que mejor reflejara los ideales femeninos de la época: joven, guapa, esposa y madre.

Campeonato para amas de casa

A pesar de las minifaldas, de las chicas ye-yé y de cierta incipiente modernidad, en 1961 aún se consideraba que el matrimonio era el único destino que podía desear una mujer. Por eso, y aunque nos rechine en los oídos, era normal leer cosas como «la muchachita que resulte vencedora en este concurso seguro que se casa antes de dos meses». El concurso en cuestión no era un reality para encontrar pareja, sino una competición de cocina celebrada en Amorebieta.

Con ocasión de las fiestas de esta localidad vizcaína el 26 de julio de 1961 se organizó en el parque Zelaieta un singular torneo gastronómico. José Rodríguez Ramos, reportero de sociedad que escribía tanto en este periódico como en El Diario Vasco bajo el alias de «Juan de Hernani», puso a su crónica el titular de «Campeonato original para las amas de casa» a pesar de que el texto parezca que verse sobre un mercado de ganado. La idea del concurso, puesto en marcha con la colaboración del ayuntamiento zornotzarra, había salido de una empresa local con proyección nacional: Industrias Izaguirre S.A.

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Dedicada a la fabricación y venta de toda clase de electrodomésticos, esta sociedad llevaba dos años promocionando en toda España su gama de cocinas Sukald. «Con SUKALD supe elegir» o «Con SUKALD estoy en el cielo» fueron algunos de los eslóganes utilizados para publicitar en prensa sus cuatro modelos para gas y electricidad: Esther, Marilyn, Gina y Alida. Como se podrán ustedes imaginar los nombres no eran casuales. En Industrias Izaguirre sabían que aunque la cuenta fuera pagada por un hombre, era la mujer quien decidía sobre los gastos domésticos.

La más guapa

Los anuncios de Sukald estaban exclusivamente dirigidos a ellas, así que no es de extrañar que en aquel verano del 61 decidieran celebrar un evento dedicado a ganar futuras clientas. De paso les sirvió de demostración comercial, ya que en el parque montaron once cocinas (cada una de un modelo distinto) en las que se asaron pollos que luego comió el público asistente. En los mismos fogones se enfrentaron once solteras zornotzarras por elaborar la tortilla de patatas perfecta. ¿Por qué sólo solteras? Según declaraciones de la empresa patrocinadora, porque «nosotros no sólo nos ocupamos de vender cocinas, sino también de fomentar las buenas virtudes hogareñas». El objetivo, claro está, era casar a aquellas chicas para que todas pudieran comprar electrodomésticos.

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El jurado, compuesto por el entonces alcalde de Amorebieta Alberto Iza, un delegado de Sukald y el cocinero José María Echevarría (el del restaurante El Cojo), acabó dando el primer premio a una señorita llamada Teresa Artabe. Fue la más rápida en terminar la tortilla y aunque supuestamente también se tuvieran en cuenta el sabor, textura y aspecto final, el reportero subrayó especialmente la belleza de la ganadora. «No sé qué más le hará falta para casarse este año a esta señorita, que además es la más guapa». Los tiempos pasados nunca fueron mejores.

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