Estas son las cinco mejores tortillas de patata de España

Las tortillas de patata son uno de los principales platos de la gastronomía española, por lo que no resulta raro que exista un campeonato nacional para elegir las mejores. Una tarea nada fácil a tenor de la reñida competición que ha tenido lugar dentro del marco de la feria Alicante Gastronómica. Las esperanzas vascas, representadas por el Bar Txiki de Vitoria y Kapadokia Gastrobar de San Sebastián, no lograron posicionarse entre los primeros puestos, pero el ambiente y la calidad de las propuestas procedentes de establecimientos hosteleros de distintas comunidades autónomas no defraudaron. Estas son las cinco mejores que se presentaron al certamen.

Los ganadores de esta edición del concurso, Ramón Rodríguez e Isabel Gesto, llevan 13 años perfeccionando su receta de tortilla de patatas, donde la clave está en la materia prima y los detalles. Usan patata gallega kennebec, o monalisa cuando escasea, que salan antes de freírla en aceite de girasol. La tortilla se dora en sartén tras la fritura para obtener el color dorado perfecto. Para cada kilo de patatas emplean 13 huevos de Huevería Nieto (A Coruña) y cocinan la mezcla a fuego alto para luego bajarlo, logrando una tortilla donde el huevo queda perfectamente integrado.

Este cocinero, con nueve años de experiencia, llega a preparar hasta 60 tortillas al día. Su receta está bien medida, pero siempre busca mejorarla, y su clave está en usar huevo fresco, concretamente el de Gallina de Mos desde 2017, batiéndolo hasta lograr una textura tipo mousse. Utiliza patata monalisa, ideal para fritura por su capacidad de absorber el huevo, que cocina en freidora con aceite de oliva suave durante siete minutos. Sin cebolla, al estilo Betanzos, mezcla la patata con el huevo, añade sal, y deja reposar cinco minutos antes de darle cuatro vueltas en la sartén para obtener una tortilla ligeramente líquida.

Samuel Curbeira, propietario del establecimiento, se presentaba por primera vez a este concurso, aunque lleva más de una década elaborando tortillas, siempre con cebolla. Prepara unas 45 al día, llegando a 90 en días de mayor afluencia. Usa patata agria, que fríe en sartén en una mezcla de pochado y frito con aceite de oliva suave, y emplea huevos de la granja gallega Campomayor. Por cada 1,1 kilos de patata utiliza 12 huevos, logrando una mezcla untuosa a la que añade un toque de sal para mantener su cremosidad.

Lleva casi dos años elaborando tortillas al estilo de Betanzos en su local en A Coruña, inspirándose en chefs como José Manuel Crespo, Alberto García Ponte y Alejandro Oliveira. Utiliza patata gallega kennebec o, a veces, frisia de Cartagena, que corta con mandolina y fríe en aceite de girasol. Los huevos, de proveedores locales, se baten hasta lograr una textura cremosa para evitar que la tortilla quede líquida. Finalmente, la dora en sartén con aceite de oliva virgen extra, buscando una superficie suave y sin que se vea la patata. El precio oscila entre 10 y 25 euros. Dirección: Las Callejas, Venela do Campo, 5, Betanzos (A Coruña).

El campeón del año pasado, Pedro Román, vuelve a presentarse con una versión ajustada de su receta. Para esta edición, ha añadido un huevo más, usando 11 huevos enteros y dos yemas para empapar 1,3 kilos de patatas monalisa, que fríe en sartén con aceite de arbequina, por su sabor suave. Su tortilla incluye abundante cebolla caramelizada, mezclada con la patata, un poco del aceite de la fritura y sal en el huevo. Tras dejar reposar la mezcla durante cuatro minutos, la cocina vuelta y vuelta en la sartén, obteniendo un tono dorado con un velo ligero sobre la patata.

La gran sorpresa de este XVII Campeonato fue Ramón Rodríguez, del restaurante O Cabo (A Coruña), que, tras quedarse en segundo lugar el pasado año, finalmente se alzó con el primer premio. Su tortilla, una combinación perfecta entre tradición y técnica, conquistó al jurado, entre quienes se encontraban grandes figuras de la gastronomía como Carme Ruscalleda y Senén González. El restaurante O Cabo no solo se ha convertido en el mejor lugar para disfrutar de este plato estrella en bares y demás establecimientos repartidos por toda España, sino que ya es una parada obligatoria en la ruta culinaria gallega.

El segundo puesto fue para Alejandro Oliveira, del restaurante La Falda (Madrid), quien apostó por una versión al estilo 'betanzos', sin cebolla, que dejó a muchos asombrados por su textura cremosa. El tercer premio se lo llevó Samuel Curbeira, del restaurante El Ankha (Ferrol), un debutante que, con su receta, logró sorprender al jurado, demostrando que no siempre hace falta ser un veterano para triunfar en estos concursos.

Con 17 tortillas en competición, el nivel del certamen fue altísimo. Chefs llegados de todas partes del país, desde Logroño hasta Badajoz, pasando por Santander, Valencia y Burgos, presentaron sus mejores versiones de este clásico de la gastronomía española. En palabras de Rafael García Santos, presidente del jurado, «la mayoría de las tortillas obtuvo una nota por encima de 8, lo que muestra la enorme calidad de los participantes».

A pesar de que las propuestas vascas no lograron subirse al podio, el Bar Txiki y Kapadokia Gastrobar dejaron el listón muy alto con sus recetas, que recibieron elogios por parte del público y de los propios competidores. Habrá que esperar al próximo año para ver si el País Vasco logra volver a conquistar el codiciado trofeo.

El Campeonato de España de Tortilla de Patatas sigue creciendo en calidad y emoción. Con la confirmación de que el Mesón O Pote (Betanzos) y el Restaurante Cañadío (Santander) ya tienen asegurada su participación para la final del próximo año, la próxima edición promete ser aún más reñida. Cada vez son más los chefs que apuestan por reinventar este clásico, y el certamen se ha convertido en una plataforma para explorar nuevas técnicas y sabores.

Queda un año de espera, pero no hay duda de que el próximo capítulo en la historia de la tortilla de patatas española traerá más sorpresas, talento y, sobre todo, un buen puñado de deliciosas tortillas. Porque, al final del día, más allá de los premios, lo que importa es el respeto por una receta tan sencilla como compleja, capaz de generar tantas emociones y rivalidades y que constituye el pincho estrella con el que redesayunar en bares y estrellas junto a una taza de café con lecho o de aperitivo antes de comer con una copa de vino o una jarra de cerveza.

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