De Yalta a Minsk: diccionario geopolítico para entender la guerra en Ucrania
La invasión de Ucrania ha desempolvado el lenguaje de la diplomacia y la disuasión acumalada desde hace décadas
La invasión de Ucrania ha desempolvado el lenguaje de la diplomacia y la disuasión y ha obligado a mirar hacia atrás cuando, tras la Segunda ... Guerra Mundial, las grandes potencias alumbraron un nuevo orden mundial, trazaron fronteras y diseñaron la arquitectura de un sistema de seguridad, que el expansionismo imperialista de Rusia y el revanchismo paranoico de Vladimir Putin han obligado a revisar. A continuación se esbozan 10 claves de esas relaciones internacionales.
1.- Conferencia de Yalta.
En febrero de 1945 se celebró en Yalta (Crimea) la conferencia interaliada de la que nació el nuevo marco de las relaciones internacionales. Participaron Stalin, Churchill y Roosevelt. Aunque se tomaron decisiones militares (con concesiones a la URSS), lo más significativo de la cumbre fue el reparto de las zonas de influencia en el mundo, en el que también incluyeron a Francia. Asimismo, se acordó crear la Organización de las Naciones Unidas, en cuyo núcleo duro se integraría China. Los pactos se apuntalaron en el mes de julio en Potsdam (Berlín) con distintos protagonistas: se mantuvo Stalin, pero Truman y Attlee representaron a EE UU y Gran Bretaña. Sin embargo, no se logró superar la desconfianza mutua.
2.- Guerra Fría.
Tras el final de la Segunda Guerra Mundial quedó claro la hegemonía de dos superpotencias: la Unión Soviética y Estados Unidos. Se enseñaban los dientes, pero no se mordían. Ambas, como líderes de dos bloques antagónicos, se vigilaban mutuamente y se miraban de reojo bajo el paraguas de la ONU, que nació como una institución pacífica para resolver los conflictos sin llegar a las armas. Sin embargo, la carrera armamentística siguió adelante en aquel sistema bipolar. Se hablaba de coexistencia pacífica (término acuñado años después por Nikita Jrushchov), pero en realidad era un equilibrio del terror. Se trataba de un escenario frágil con la amenaza constante de posibles guerras futuras si alguien daba un paso equivocado o se traspasaba una línea roja difusa (crisis de los misiles en Cuba en 1962). En las coordenadas ideológicas, el avance del capitalismo sobre el comunismo también tuvo sus consecuencias.
3.- Pacto de Varsovia versus OTAN.
Las disputas entre la URSS y Occidente eran una constante tras la contienda mundial. La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) nace el 4 de abril de 1949 en Washington, promovido por el bloque occidental (europeo y norteamericano); es una alianza militar, pero con un carácter defensivo frente a agresiones exteriores. El papel hegemónico correspondía a Estados Unidos. Esta estrategia llevó en 1955 al bloque oriental (la Unión Soviética y sus aliados) a una respuesta 'formal' y promover su propia estructura disuasoria, su propia OTAN, con el llamado Pacto de Varsovia y una potente maquinaria de guerra. Con el colapso de la URSS, el Pacto quedó disuelto el 1 de julio de 1991.
4.- Telón de Acero.
Conocida también como 'Cortina de hierro', en un principio se trató más bien de una frontera ideológica y virtual tras la que se parapetaban la Unión Soviética y los países del Este bajo su órbita (satélites) como Bulgaria, Checoslovaquia, Alemania Oriental (RDA), Hungría, Polonia, Rumanía y Albania. Al otro lado, el bloque occidental acometía la recuperación tras la guerra con la ayuda del norteamericano 'Plan Marshall (1948), con una inversión de 13.000 millones de dólares. La URSS contrarrestó la iniciativa con el 'Plan Molotov' (1949) para los países bajo su esfera de poder. El símbolo más famoso del telón fue el Muro de Berlín, que comenzó a levantarse el 13 de agosto de 1961. Ya no era una metáfora, sino una kilométrica pared de hormigón armado. Cayó el 9 de noviembre de 1989.
5.- Ostpolitik.
El canciller socialista alemán Willy Brandt fue el que impulsó a partir de 1969 una política de acercamiento a los países del Este para limar tensiones entre los dos bloques, que se materializaba en la existencia de dos Estados en un mismo suelo alemán, y cuya expresión más cruel era la división de Berlín, una isla, además, en la zona de ocupación soviética. En 1948 ya había sido sometida al hambre, lo que obligó a las potencias occidentales a una operación de abastecimiento a la población mediante corredores aéreos. Brandt se implicó en un ambicioso plan de reconciliación, que mejoró las relaciones del Gobierno de Bonn con los países del Pacto de Varsovia, con distintos acuerdos de cooperación y amistad. Aquella iniciativa de distensión ha pasado a la historia. Ahora, Olof Scholz ha endurecido su política frente a la Rusia de Putin. La 'ostpolitik' también tuvo su derivada en el Vaticano, durante los pontificados de Juan XXIII y Pablo VI, protagonizada por el cardenal Casaroli, un fino y hábil diplomático que ejerció como secretario de Estado ('primer ministro') de la Santa Sede.
6.- Realpolitik.
Frente a la política de poder, se refiere a la adopción de una 'política realista', a una diplomacia pragmática y posibilista, sin idealismos y sin principios morales, en beneficio de los intereses nacionales de un país. La aplicaron Henry Kissinger y sus asesores en su pulso con Rusia en tiempos de la Guerra Fría durante el mandato de Nixon y con su acercamiento a China, que distanció a Pekín de Moscú. Lo contrario que ahora. Kissinger sigue defendiendo que se necesita a Rusia para resolver otras crisis (Irán, Siria …). ¿Está aplicando Biden su particular 'realpolitik' en el conflicto de Ucrania? A Estados Unidos no le interesa una confrontación directa con Rusia ni una escalada con armas nucleares, tiene que ser más 'maquiavélico' en su respuesta a la invasión. El giro de Sánchez en la posición de España con respecto al Sáhara también se encuadra en esa categoría geopolítica, al igual que la venta de gas, carbón y petróleo por parte de Putin al enemigo.
7.- Acta Final de Helsinki.
La Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa se desarrolló en dos fases en la capital de Finlandia, entre el 3 de julio de 1973 y y el 30 de julio de 1975 con la participación de Estados Unidos, Canadá, la Unión Soviética y los países europeos. Sobre la pizarra, el objetivo era superar la desconfianza mutua entre el Este y el Oeste, para lograr un acercamiento y enraizar una política de distensión más allá de las cuestiones militares. De hecho, en el acta final, firmada por 35 países, se recogía la inviolabilidad de las fronteras y la abstención de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza, pero también la libre determinación de los pueblos y el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales. Conflictos como la guerra en los Balcanes, la anexión de Crimea o la invasión de Ucrania ponen en entredicho los principios de Helsinki, diseñados para conseguir una paz duradera en Europa.
8.- Doctrina Monroe
Responde a la posición establecida en 1823 por el entonces presidente James Monroe en tiempos del colonialismo. El punto fundamental se refiere a que cualquier intervención de los europeos en América sería vista como un acto de agresión que requeriría la intervención de los Estados Unidos, una estrategia resumida en el aforismo 'América para los americanos'. Se trataba de no permitir la intervención de las potencias europeas en los asuntos internos de los países del hemisferio americano, que luego les ha dejado las manos libres para actuar en Latinoamérica. Hay una clara asimetría con la actuación norteamericana en los asuntos de Europa y con la política de 'puertas abiertas' de la OTAN. Reagan proporcionó inteligencia a Gran Bretaña en la guerra de las Malvinas y Kennedy no permitió que la URSS instalara misiles en Cuba cuando el mundo estuvo al borde de una guerra nuclear. Obama metió la 'doctrina Monroe' en un cajón, pero luego Trump la desempolvó en la ONU. Biden desconfía de la creciente influencia de China en la región.
9.- Doctrina Kennan
George F. Kennan fue un diplomático y politólogo norteamericano, experto en asuntos rusos y con mucho sentido estratégico. Muy influyente durante la Guerra Fría, se le considera el 'padre de la doctrina de la contención para mantener el comunismo ruso dentro de sus fronteras y evitar un 'efecto dominó'. Luego fue muy crítico con la carrera armamentística y con la expansión de la OTAN cuando en 1989, tras la caída del Muro de Berlín, comenzó el derrumbe de los países del Este y la posterior desintegración de la URSS. Kennan avisó de que sería «el error más fatídico» de la política estadounidense en toda la era posterior a la Guerra Fría, y alertó de que inflamaría «las tendencias nacionalistas, antioccidentales y militaristas de la opinión rusa», al tiempo que impulsaría una política exterior «en direcciones que decididamente no serán de nuestro agrado». En ese error estratégico y político de «proporciones históricas que perturbará la estabilidad europea», se incluye la decisión de permitir la entrada de Ucrania en la OTAN. Diplomáticos veteranos, especialistas en política exterior y geoestrategas tienen las memorias de Kennan en su mesita de noche.
10.- Acuerdos de Minsk.
La capital de Bielorrusia fue escenario, en septiembre de 2014 y febrero de 2015, de sendos esfuerzos negociadores para pacificar el este y el sur de Ucrania, donde se libraban sangrientos combates. Tras las revueltas en Kiev que derrocaron al presidente proMoscú, el régimen de Putin se anexionó Crimea y apoyó a los rebeldes secesionistas de Donetsk y Luhansk, en la región del Donbás. A iniciativa de la Organización para la Seguridad y Cooperación de Europa (OSCE), ambas partes se sentaron en una mesa de negociación, en la que se alcanzó un alto el fuego bilateral. Se firmó lo que se conoce como Protocolo de Minsk con una serie de puntos para dar más autonomía a los enclaves separatistas. Fue un fracaso por las violaciones constantes de lo pactado. Seis meses después volvieron a reunirse, está vez con la mediación de Alemania y Francia, y se firmaron nuevos acuerdos (Minsk II), que de nuevo fueron incumplidos con nuevos enfrentamientos. La decisión de Putin de reconocer como estados independientes a Donetsk y Luhansk convirtieron en papel mojado los acuerdos, antes de que saltaran por los aires con la invasión de Ucrania.
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