Viernes, 9 de marzo 2018, 00:11
Miles de camiones pesados se desplazan cada día a lo largo de una carretera abarrotada entre las minas de carbón del desierto de Gobi en Mongolia y la frontera de China. El repunte en los precios y las restricciones comerciales impuestas a Corea, ha generado un aumento de las exportaciones a China de esta materia. Las colas, que alcanzan hasta 130 kilómetros, obligan a larguísimas esperas de los camioneros, que tienen que comer y dormir en sus vehículos en un viaje que a veces se prolonga hasta una semana. En torno a ellos ha florecido una bulliciosa microeconomía de comerciantes que venden cigarrillos, agua y combustible mientras aguardan la apertura de las aduanas chinas. En la actualidad atraviesan la frontera unos 700 camiones diarios, pero algunos creen que el problema no se resolverá hasta que lo hagan alrededor de 3000.
REUTERS
Miles de camiones pesados se desplazan cada día a lo largo de una carretera abarrotada entre las minas de carbón del desierto de Gobi en Mongolia y la frontera de China. El repunte en los precios y las restricciones comerciales impuestas a Corea, ha generado un aumento de las exportaciones a China de esta materia. Las colas, que alcanzan hasta 130 kilómetros, obligan a larguísimas esperas de los camioneros, que tienen que comer y dormir en sus vehículos en un viaje que a veces se prolonga hasta una semana. En torno a ellos ha florecido una bulliciosa microeconomía de comerciantes que venden cigarrillos, agua y combustible mientras aguardan la apertura de las aduanas chinas. En la actualidad atraviesan la frontera unos 700 camiones diarios, pero algunos creen que el problema no se resolverá hasta que lo hagan alrededor de 3000.
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Miles de camiones pesados se desplazan cada día a lo largo de una carretera abarrotada entre las minas de carbón del desierto de Gobi en Mongolia y la frontera de China. El repunte en los precios y las restricciones comerciales impuestas a Corea, ha generado un aumento de las exportaciones a China de esta materia. Las colas, que alcanzan hasta 130 kilómetros, obligan a larguísimas esperas de los camioneros, que tienen que comer y dormir en sus vehículos en un viaje que a veces se prolonga hasta una semana. En torno a ellos ha florecido una bulliciosa microeconomía de comerciantes que venden cigarrillos, agua y combustible mientras aguardan la apertura de las aduanas chinas. En la actualidad atraviesan la frontera unos 700 camiones diarios, pero algunos creen que el problema no se resolverá hasta que lo hagan alrededor de 3000.
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Miles de camiones pesados se desplazan cada día a lo largo de una carretera abarrotada entre las minas de carbón del desierto de Gobi en Mongolia y la frontera de China. El repunte en los precios y las restricciones comerciales impuestas a Corea, ha generado un aumento de las exportaciones a China de esta materia. Las colas, que alcanzan hasta 130 kilómetros, obligan a larguísimas esperas de los camioneros, que tienen que comer y dormir en sus vehículos en un viaje que a veces se prolonga hasta una semana. En torno a ellos ha florecido una bulliciosa microeconomía de comerciantes que venden cigarrillos, agua y combustible mientras aguardan la apertura de las aduanas chinas. En la actualidad atraviesan la frontera unos 700 camiones diarios, pero algunos creen que el problema no se resolverá hasta que lo hagan alrededor de 3000.
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Miles de camiones pesados se desplazan cada día a lo largo de una carretera abarrotada entre las minas de carbón del desierto de Gobi en Mongolia y la frontera de China. El repunte en los precios y las restricciones comerciales impuestas a Corea, ha generado un aumento de las exportaciones a China de esta materia. Las colas, que alcanzan hasta 130 kilómetros, obligan a larguísimas esperas de los camioneros, que tienen que comer y dormir en sus vehículos en un viaje que a veces se prolonga hasta una semana. En torno a ellos ha florecido una bulliciosa microeconomía de comerciantes que venden cigarrillos, agua y combustible mientras aguardan la apertura de las aduanas chinas. En la actualidad atraviesan la frontera unos 700 camiones diarios, pero algunos creen que el problema no se resolverá hasta que lo hagan alrededor de 3000.
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Miles de camiones pesados se desplazan cada día a lo largo de una carretera abarrotada entre las minas de carbón del desierto de Gobi en Mongolia y la frontera de China. El repunte en los precios y las restricciones comerciales impuestas a Corea, ha generado un aumento de las exportaciones a China de esta materia. Las colas, que alcanzan hasta 130 kilómetros, obligan a larguísimas esperas de los camioneros, que tienen que comer y dormir en sus vehículos en un viaje que a veces se prolonga hasta una semana. En torno a ellos ha florecido una bulliciosa microeconomía de comerciantes que venden cigarrillos, agua y combustible mientras aguardan la apertura de las aduanas chinas. En la actualidad atraviesan la frontera unos 700 camiones diarios, pero algunos creen que el problema no se resolverá hasta que lo hagan alrededor de 3000.
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Miles de camiones pesados se desplazan cada día a lo largo de una carretera abarrotada entre las minas de carbón del desierto de Gobi en Mongolia y la frontera de China. El repunte en los precios y las restricciones comerciales impuestas a Corea, ha generado un aumento de las exportaciones a China de esta materia. Las colas, que alcanzan hasta 130 kilómetros, obligan a larguísimas esperas de los camioneros, que tienen que comer y dormir en sus vehículos en un viaje que a veces se prolonga hasta una semana. En torno a ellos ha florecido una bulliciosa microeconomía de comerciantes que venden cigarrillos, agua y combustible mientras aguardan la apertura de las aduanas chinas. En la actualidad atraviesan la frontera unos 700 camiones diarios, pero algunos creen que el problema no se resolverá hasta que lo hagan alrededor de 3000.
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Miles de camiones pesados se desplazan cada día a lo largo de una carretera abarrotada entre las minas de carbón del desierto de Gobi en Mongolia y la frontera de China. El repunte en los precios y las restricciones comerciales impuestas a Corea, ha generado un aumento de las exportaciones a China de esta materia. Las colas, que alcanzan hasta 130 kilómetros, obligan a larguísimas esperas de los camioneros, que tienen que comer y dormir en sus vehículos en un viaje que a veces se prolonga hasta una semana. En torno a ellos ha florecido una bulliciosa microeconomía de comerciantes que venden cigarrillos, agua y combustible mientras aguardan la apertura de las aduanas chinas. En la actualidad atraviesan la frontera unos 700 camiones diarios, pero algunos creen que el problema no se resolverá hasta que lo hagan alrededor de 3000.
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Miles de camiones pesados se desplazan cada día a lo largo de una carretera abarrotada entre las minas de carbón del desierto de Gobi en Mongolia y la frontera de China. El repunte en los precios y las restricciones comerciales impuestas a Corea, ha generado un aumento de las exportaciones a China de esta materia. Las colas, que alcanzan hasta 130 kilómetros, obligan a larguísimas esperas de los camioneros, que tienen que comer y dormir en sus vehículos en un viaje que a veces se prolonga hasta una semana. En torno a ellos ha florecido una bulliciosa microeconomía de comerciantes que venden cigarrillos, agua y combustible mientras aguardan la apertura de las aduanas chinas. En la actualidad atraviesan la frontera unos 700 camiones diarios, pero algunos creen que el problema no se resolverá hasta que lo hagan alrededor de 3000.
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Miles de camiones pesados se desplazan cada día a lo largo de una carretera abarrotada entre las minas de carbón del desierto de Gobi en Mongolia y la frontera de China. El repunte en los precios y las restricciones comerciales impuestas a Corea, ha generado un aumento de las exportaciones a China de esta materia. Las colas, que alcanzan hasta 130 kilómetros, obligan a larguísimas esperas de los camioneros, que tienen que comer y dormir en sus vehículos en un viaje que a veces se prolonga hasta una semana. En torno a ellos ha florecido una bulliciosa microeconomía de comerciantes que venden cigarrillos, agua y combustible mientras aguardan la apertura de las aduanas chinas. En la actualidad atraviesan la frontera unos 700 camiones diarios, pero algunos creen que el problema no se resolverá hasta que lo hagan alrededor de 3000.
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