Rusia cumple su amenaza de recrudecer los ataques y bombardea Leópolis, Dnipro, Mariúpol y Lugansk

Rusia ha comenzado la octava semana de su invasión en Ucrania golpeando con fuerza distintas posiciones. Leópolis, Dnipro y Kiev han soportado bombardeos a lo largo de esta madrugada. El más grave ha tenido lugar en la capital de oeste, donde cinco misiles «de gran potencia» han impactado contra una instalación militar y una estación de tren, causando al menos siete muertos y una decena de heridos, según han informado el gobernador de la región, Maksym Kozitsky, y el alcalde, Andriy Sadovyi. Las mismas fuentes indican que entre las víctimas mortales habría un niño.

Ubicada a tan solo 70 kilómetros de la frontera con Polonia, Leópolis es, desde comenzó la invasión, uno de los principales puntos de huida para los civiles. Su situación la ha convertido en un pequeño remanso de tranquilidad comparado con otras grandes capitales como Kiev, Járkov o Gernígov, aunque eso no significa que no haya sufrido ataques. Su aeródromo y varias instalaciones de entrenamiento militar fueron objetivo de las bombas rusas a mediados el pasado mes de marzo.

La aparente calma de la gran urbe ha saltado en mil pedazos en las últimas horas y las autoridades locales se temen lo peor. El propio Sadovyi se ha dirigido a sus ciudadanos para alertarles de que llegan tiempos complicados. «Por favor, vayan a los refugios. El enemigo se acerca». En una rueda de prensa desarrollada justo después del bombardeo, el regidor ha admitido que «la ciudad ya no es segura» y ha acusado a Rusia de cometer actos de genocidio. «Nuestro trabajo es recordar a la población que hay que protegerse. Aquí no vemos la devastación que vemos en otras ciudades. El enemigo tiene un objetivo claro: destruirnos como nación. No tenemos otra opción: resistir. El ejército ucraniano son 40 millones de personas».

El Kremlin, por su parte, ha reconocido haber destruido esta madrugada, con misiles Iskander, cuatro depósitos de armas y de equipamiento militar aunque no ha especificado dónde. Según la agencia Tass, a lo largo de la noche las fuerzas rusas habrían alcanzado 315 objetivos. Los planes del Gobierno de Vladimir Putin no han cambiado. Así lo ha confirmado el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov. «La operación militar especial continúa. El presidente ha asegurado recientemente que todo marcha según lo previsto».

La ofensiva de este lunes se produce después de que este pasado domingo a mediodía expirase el plazo dado por Moscú para la rendición de las tropas que resisten en Mariúpol. Precisamente allí también han caído varios misiles durante las primeras horas de este lunes. Habría muerto también Volodimir Baranyuk, comandante de la 36ª Brigada de Infantería de Marina de Ucrania, según las autoridades rusas. Las mismas fuentes aseguran que «su cuerpo fue encontrado por milicianos prorrusos que participaban en el asedio junto con las fuerzas regulares de Moscú y la guardia de Rámzan Kadyrov. Pese a todo, lo que queda de la gran urbe costera resiste.

Las bombas del Ejército de Vladimir Putin también han caído en Dnipro, donde se habrían registrado al menos dos heridos. Además, en Kiev, un reportero de Reuters escuchó una serie de explosiones en la margen izquierda del río. Las autoridades locales aún no han proporcionado ninguna información oficial sobre su causa.

Tras abandonar las posiciones en el norte de Ucrania, Rusia anunció hace pocos días que concentraría sus esfuerzos en las regiones del este, en la zona del Donbás, Donetsk y Lugansk. En esta última, las autoridades regionales han informado este lunes del inicio de un gran ataque. «Podemos informar de que la ofensiva ya ha comenzado», ha dicho en un comunicado la administración militar regional, que ha añadido que se lucha en las calles de la localidad de Kreminna. Allí, el gobernador ha denunciado que cuatro civiles han muerto tiroteados durante una evacuación en la ciudad de Kreminna. Las autoridades de Kiev han reconocido que este enclave ha sido tomado por las tropas enemigas.

Los últimos cuatro días han sido especialmente terribles en la ciudad de Járkov. Allí, el asedio de las tropas agresoras ha dejado al menos 18 muertos y más de 100 heridos, según comunicó el propio presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski. «Esto no es más que terror deliberado: morteros, artillería contra barrios residenciales ordinarios, contra civiles comunes», denunció el mandatario.

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