Meloni convierte a Italia en un foco de estabilidad política en Europa
A punto de cumplir tres años en el poder, la primera ministra conservadora se beneficia de «las ganas de moderación» de sus compatriotas y de la debilidad de la oposición de izquierdas
roma. Giorgia Meloni tiene una fecha marcada en su agenda: 15 de septiembre de 2025. El gabinete de la actual primera ministra, que está a ... poco más de un mes de cumplir los tres años en el cargo, superará el lunes en duración al primer Gobierno del socialista Bettino Craxi (1983-1986), haciendo así que su Ejecutivo sea el tercero que más se ha prolongado en el país desde finales de la Segunda Guerra Mundial. El 'número uno' no lo tiene demasiado lejos: lo logrará si apura los cincos años de legislatura, que concluirá en 2027 en caso de que no se convoquen elecciones legislativas anticipadas, un escenario que hoy parece muy poco probable. La líder de la coalición conservadora ha conseguido archivar la histórica inestabilidad política de Italia, que se presenta como un faro de tranquilidad frente a la zozobra gubernamental que sufren ahora o han afrontado en los últimos tiempos Francia, el Reino Unido o Alemania.
Publicidad
Noticias relacionadas
«El gran mérito de Meloni es que ha sabido concretar las ganas de moderación que siempre han existido en buena parte de la sociedad italiana, que es mayoritariamente conservadora», afirma Luigi Curini, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Estatal de Milán. Aunque provenga de un partido surgido de las corrientes neofascistas como es Hermanos de Italia, la primera ministra se ha destapado como una gobernante conservadora al uso, olvidándose del radicalismo de sus orígenes. Recoge así en cierta forma el legado de la Democracia Cristiana (DC), el grupo que llevó las riendas del país durante la mayor parte del período que va desde la Segunda Guerra Mundial hasta el estallido de 'Tangentopoli'. Aquel escándalo de corrupción descubierto a principios de los noventa del siglo pasado arrolló tanto a la DC como a los socialistas de Craxi. Silvio Berlusconi supo ocupar entonces el vacío de poder, ejerciendo de protagonista absoluto de la política italiana durante los siguientes treinta años. Y con el ocaso y posterior fallecimiento del líder de Forza Italia en 2023, Meloni se ha convertido en el perno sobre el que pivota hoy la estabilidad nacional.
«En estos tres años ha mostrado un comportamiento muy moderado en política doméstica, exterior y económica. Es una figura que genera tranquilidad», asegura Curini, que explica esta realidad tanto por «las propias capacidades» de la primera ministra como por la situación de la izquierda, «extremadamente débil, fragmentada y sin una oferta alternativa clara». La principal fuerza opositora es el progresista Partido Democrático (PD), liderado por Elly Schlein, mientras que el Movimiento 5 Estrellas (M5E), otrora 'anticasta' y representante de los 'indignados', trata hoy de buscar su sitio. Ambos llevan años intentando fraguar sin éxito una alianza frente al bloque conservador, formado por Hermanos de Italia, Forza Italia y la Liga de Matteo Salvini.
La mandataria cosecha una aceptación del 30%, cuatro puntos más que el resultado que obtuvo en los comicios generales de hace tres años
Las elecciones regionales que se celebran en los próximos meses en Calabria, Campania, Las Marcas, Apulia, Toscana, Valle de Aosta y Veneto son el terreno en el que se medirá el aguante del Gobierno de Meloni y la capacidad de la oposición para ser una alternativa. «La coalición conservadora que sostiene al Ejecutivo tiene poco que perder, porque la mayoría de esas regiones están ahora gobernadas por la izquierda. Será interesante ver el resultado final y si los italianos terminan de confiar en la alianza entre el PD y el M5E, que a muchos les parece antinatural», afirma Curini, para quien resulta «prácticamente imposible» que un revés en estas citas propicie unos comicios generales anticipados. «Sólo veo una opción de que acabara antes de tiempo la legislatura: que Meloni vea que tiene una mayoría tan amplia que opte por llamar a las urnas para garantizarse el poder durante otra legislatura, pero no creo que sea algo que vaya a pasar ahora», sostiene.
Publicidad
Reputación internacional
Los sondeos muestran que el respaldo hacia la primera ministra sigue alto. Roza el 30%, cuatro puntos más que en las elecciones generales de 2022. Sus socios, en cambio, se mantienen con un porcentaje en intención de voto casi calcado al de los comicios de hace un lustro. «El de Italia es un caso casi único en Europa, vemos un Gobierno que en lugar de sufrir un desgaste, sube en popularidad», destaca Curini. Esa buena aceptación es en parte resultado de la acción exterior de Meloni, que ha sabido colocarse como la más importante aliada europea del presidente estadounidense, Donald Trump. Esa relación especial no ha aportado hasta ahora grandes ventajas a Roma respecto al resto de socios de la UE, aunque le ha brindado a la líder conservadora reputación internacional. También le ha ayudado su firmeza a la hora de mantener el apoyo diplomático, militar y económico a Ucrania frente a la agresión rusa.
Italia parece haber archivado la inestabilidad que tanto marcó su política durante décadas y se ha acostumbrado con el actual Gobierno a una tranquilidad que, salvo sorpresa, se prolongará hasta 2027. «Tenemos Meloni para rato, pues no es descabellado pensar que también esté ella al frente del Ejecutivo durante la próxima legislatura», vaticina el politólogo.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión