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Invasión de Rusia a Ucrania

Rusia extiende la guerra a toda Ucrania

Recrudecimiento. Defensa ordena a sus tropas «ampliar la ofensiva en todas las direcciones» | Oposición. Los combates se intensifican en Kiev, donde los ucranianos ejercen una gran resistencia

rafael m. mañueco

Sábado, 26 de febrero 2022

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En medio de las acusaciones mutuas entre Kiev y Moscú por haberse frustrado el inicio de conversaciones para detener el conflicto, el Ministerio de Defensa ruso avivó ayer la tensión. Anunció que «todas las unidades han recibido la orden de ampliar la ofensiva en todas las direcciones, de acuerdo con el plan de ataque». En otras palabras, una intervención militar total sobre Ucrania, cuya respuesta no tardó en llegar desde este país, cuyas autoridades animaron a la población a «ofrecer resistencia a las tropas invasoras por todos los medios posibles».

El Ejército y las milicias de Kiev están presentando una oposición mayor de lo esperada en el campo de batalla. Al menos así quedó patente ayer. El avance ruso resultó menos aplastante de lo que se auguraba el viernes. El propio Gobierno de Zelenski admitía entonces la posibilidad de una ocupación durante la madrugada. No fue así. La capital amaneció ayer en medio de un acoso sumamente áspero, violento, nutrido de fuego, combates casi cuerpo con cuerpo y ruido de tanques, fusiles y artillería. «Nuestra espléndida y apacible ciudad sobrevivió a una nueva noche», comunicó con cierto alivio el ministro de Relaciones Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba.

La capital europea que era Kiev hasta hace una semana ha quedado sepultada bajo los escombros y la chatarra de blindados reventados y carcasas de obús. Hace diez días se podía salir a los supermercados tranquilamente. Hoy cualquiera puede recibir una bala en la calle. Al anochecer solo se ve a numerosos soldados y civiles alistados como voluntarios. El alcalde endureció ayer el toque de queda y a partir de las cinco de la tarde cualquier persona sorprendida fuera de su casa será tratada como un «enemigo».

Estados Unidos dio cuenta también de la resistencia local. El Pentágono calculó que la mitad del contingente en maniobras hace una semana en Rusia y Bielorrusia ha entrado ya dentro de Ucrania y sugirió que en una buena parte de estas fuerzas habría «cundido la frustración» por la inesperada oposición de los ucranianos.

En Kiev, la lucha llegaba en la mañana de ayer hasta el centro de la ciudad, con soldados agazapados en las esquinas, tumbados sobre el asfalto o al abrigo de los pilares de los puentes por los que antes circulaban los vecinos hacia su trabajo y el colegio de los niños. Un misil impactó contra una torre de apartamentos. Dejó un boquete de varios pisos de altura. Las autoridades no informaron de cuántas víctimas causó la explosión. En esta ciudad fantasma, la escasa población que queda empieza a acostumbrarse a vivir en las estaciones del metro, los sótanos y garajes.

El Gobierno ha repartido 25.000 armas y más de 10 millones de balas entre la población de Kiev

El Ministerio del Interior ucraniano procedió a la distribución de 25.000 armas de fuego y más de 10 millones de cartuchos de munición entre los habitantes de Kiev. Así lo confirmó el titular de ese ministerio, Denís Monastirski, quien entregó también armas antitanque. Los especialistas del Ejército ucraniano animaron a la ciudadanía a «cortar árboles, levantar barricadas, cavar trincheras y emplear todo lo que sirva para impedir o dificultar el avance de las fuerzas invasoras». En un mensaje en Facebook, el servicio de prensa castrense asevera que «los ocupantes deben comprender que aquí no se les quiere y que vamos a hacerles frente en cada calle hasta que les atenace el pánico con solo mirar a nuestras ciudades».

Las redes sociales se llenaron de fotografías de jóvenes armados. La ex primera ministra, Julia Timoshenko, apareció fotografiada con un fusil de asalto Kaláshnikov en la mano. A los diputados de la Rada Suprema (Parlamento) se les ha entregado igualmente armas automáticas. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, calcula que en su país han entrado más de 100.000 soldados rusos, un dato que casi coincide con el de la Inteligencia de Estados Unidos.

Sin vías diplomáticas

La sensación es que la capital colapsará, pero escandalosamente bañada en sangre. Según el Gobierno, 198 civiles han muerto y 1.115 se encuentran heridos desde el inicio de la ocupación. Dos periodistas también han resultado heridos. Varios medios especulaban con la posibilidad de que Putin haya decidido ampliar los combates a todo el país ante el alargamiento de la ofensiva, aunque el Kremlin lo niegue.

De hecho, su portavoz, Dmitri Peskov, aseguró que ante las negociaciones acordadas el viernes entre una delegación rusa y otra ucraniana para hablar de un alto el fuego y discutir la oferta de «neutralidad» planteada por Zelenski, «fue suspendido el avance de las tropas». Sin embargo, añadió Peskov, las autoridades ucranianas «rechazaron después entablar las negociaciones y se reanudaron las acciones militares». Por su parte, Kiev adujo que sus interlocutores habían puesto «unas condiciones del todo inasumibles» para un acuerdo.

La vía diplomática se ve más endeble que nunca. De hecho, a la vista de los últimos acontecimientos bélicos, parece casi laminada. Para Rusia, un pacto debería conllevar «la desmilitarización y desnazificación de Ucrania», lo que presuntamente supondría proscribir a los partidos más a la derecha (ilógico en una democracia) y convertirse en un Estado sin Ejército. Kiev no lo acepta, ni tampoco reunirse en Minsk al no considerar que es una ciudad neutral. Ante ese escenario, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y su ministro de Exteriores, Mevut Cavusoglu, contactaron ayer con los dos gobiernos para intentar ejercer una mediación. Erdogan ha propuesto llevar a cabo las negociaciones en Turquía, pero sin conseguir de momento desatascar el bloqueo.

Vídeo. Una pareja se abraza en la popular plaza de Kiev. Foto: EP

Los indicios de una ampliación del escenario bélico pudieron apreciarse desde la mañana. El portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Ígor Konáshenkov, informó en su comparecencia matinal que el Ejército había puesto bajo su total control la ciudad de Melitópol, en la parte sureste de Ucrania, y cercana a los puertos de Berdiansk y Mariúpol. Los esfuerzos parecían dirigirse ya a arrebatar la salida de Ucrania al mar de Azov y, como mínimo, crear una franja que conecte el Donbass rebelde con la anexionada península de Crimea. Es decir, una expansión bélica mucho más allá del acoso a la capital.

Al cierre de esta edición, las autoridades del país aguardaban en una tensa espera la llegada de una madrugada que muchos predecían muy intensa a nivel de combates. Zelenski colgó en su canal de Telegram otro vídeo más. «Estoy aquí. No vamos a deponer las armas y vamos a defender nuestro país», afirmó antes de instar a sus compatriotas a hacerlo «hasta el final».

Chechenia irrumpe en el conflicto

El líder de Chechenia, Ramzan Kadirov, anunció ayer el despliegue de sus combatientes en Ucrania para asistir a Rusia y señaló que se habían apoderado ya de una base «sin sufrir una sola herida». «El presidente (Putin) ha tomado la decisión correcta y cumpliremos sus órdenes bajo cualquier circunstancia», declaró Kadirov en un vídeo publicado en Internet, un día después de la celebración de una gran marcha militar en Grozni con miles de uniformados. Kadirov y miembros de su entorno han sido sancionados por Estados Unidos y los aliados por la extrema brutalidad de su régimen.

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