El partido de Putin retiene el poder en las elecciones regionales rusas

La formación gubernamental no deja nada al azar. Actualmente, 78 gobernadores del país pertenecen a Rusia Unida, 3 al Partido Comunista (Jakasia, Oriol y Ulianovsk), uno a Rusia Justa (Chuvashia) y hay 7 independientes (Kostromá, Javarovsk, Ivanovo, Zabailkaski, Kurgan,Yaroslavl y Kamchatka). Hace no mucho, en 2023, el panorama era diferente, con 17 regiones lideradas por políticos que no militaban en RU. El oficialismo tiene a un hombre de confianza -la presencia de mujeres en estos puestos de poder es testimonial- en las 10 provincias más pobladas, las que generan más hidrocarburos y las regiones del Cáucaso, las más conflictivas. Y tampoco hay margen para la sorpresa en las ciudades. Las principales capitales también están ampliamente controladas por estas siglas.

Aunque existen otras formaciones que se presentan a las elecciones, no tienen opciones de ganar en la mayor parte de las ocasiones. Son formaciones que se conocen como «oposición sistémica», es decir, no representan un peligro para el sistema. Leonid Slutski, líder de uno de estos grupos, el Partido Liberal-Democrático, llegó en los últimos comicios presidenciales, en 2024, a admitir que votaría por Putin en lugar de por sí mismo. La oposición fuera de estas siglas se encuentra con mil obstáculos para presentarse a cualquier proceso electoral y buena parte de sus representantes se encuentra fuera de Rusia. La presión sobre los opositores, además, ha crecido desde el inicio de la guerra de Ucrania en 2022.

Los principales incidentes de la jornada electoral fueron los casi 290.000 ataques informáticos registrados. Ella Pamfilova, presidenta de la Comisión Electoral Central, aseguró que estos incidentes no perjudicaron al funcionamiento del sistema electoral, aunque dejaron inoperativa la página de la organización durante la mayor parte del día. En regiones como Kursk, en la frontera con Ucrania, el principal desafío fue la propia guerra. Esta provincia es una de las que más ha sufrido el conflicto de forma directa e incluso sufrió una invasión de su territorio, algo que no sucedía desde la Segunda Guerra Mundial.

Además, en estos comicios un total de 1.600 veteranos de guerra se presentaron como candidatos, una manera de reincorporarse a la vida civil y formar parte de lo que el oficialismo ruso llama «la nueva élite» que liderará el país en el futuro. La iniciativa forma parte de la renovación de la clase dirigente rusa, cuya cúpula tiene una avanzada edad. Por ahora, eso sí, estos soldados ocuparán puestos a nivel local y regional de poca importancia aunque en el futuro podrían convertirse en figuras relevantes de la política nacional.