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Los drones marinos, el arma secreta que ha ofrecido a Ucrania su única victoria
Kiev ha conseguido hundir un tercio de la Flota del Mar Negro gracias a sus misiles y a sus embarcaciones no tripuladas
Si en algún terreno Ucrania ha conseguido poner fuera de combate a Rusia ha sido en la guerra marina, algo meritorio para un país con ... una armada minúscula. Ese desafío ha sido posible gracias a una innovación tecnológica sin precedentes: los drones marinos y el uso de misiles de largo alcance occidentales. Estos dispositivos han llevado la lucha en el mar a un nivel desconocido hasta la fecha y amenaza con cambiar por completo las futuras guerras navales.
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Según un recuento realizado por fuentes independientes, Rusia ha perdido 20 barcos de guerra y un submarino, lo que supone un tercio de la Flota del Mar Negro, uno de las cinco grupos de combate que conforman la Armada rusa. Si la cantidad es significativa, la calidad de las presas también. Ucrania ha conseguido hundir, por ejemplo, al buque insignia de la flota, el barco lanzamisiles 'Moscú', un navío que había participado en la guerra de Siria y que formaba parte de la diplomacia del Gobierno de Putin, puesto que lo enviaba a los puertos de países bajo su influencia como muestra de su poderío. Además, era el buque insignia en la región.
En el primer día de la invasión rusa, por ejemplo, las tropas de Putin no tuvieron problemas para conquistar enclaves como la Isla de la Serpiente gracias al 'Moscú'. Sin embargo, este barco fue hundido en abril de 2022 con un misil ucraniano Neptuno lo que supuso, a medio plazo, que el Estado Mayor ruso decidiera abandonar la isla.
Posteriormente, Rusia utilizó su flota para bloquear puertos conquistados por las armas como Mariupol o Azov, pero también Odessa, una ciudad que no consiguió tomar por tierra y que es vital para exportar el grano ucraniano. Los barcos de guerra que participaban en estas tareas comenzaron a ser el objetivo de los misiles europeos donados a Ucrania, en especial, los Storm Shadow británicos y los Scalp franceses, con un alcance de 250 kilómetros.
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Los continuos ataques ucranianos obligaron a la flota rusa a refugiarse en el puerto de Sebastopol, lo que liberó la presión sobre los puertos y complicó el ataque que los barcos de Putin realizaban contra el territorio ucraniano con misiles de largo alcance. Pero incluso en ese refugio se produjeron nuevos ataques como el que el 13 de septiembre destruyó en un dique de reparación al submarino 'Rostov' y al buque de desembarco 'Minsk'. Con anterioridad, el 4 de agosto de 2023, se había producido uno de los momentos clave de esta guerra naval, cuando el barco pesado de desembarco 'Olenegorsky Gornyak', sufrió graves daños en el puerto de Novorosiisk al ser alcanzado por varios drones.
Ucrania hizo público en esa fecha que había empleado un dispositivo denominado 'Sea Baby', una embarcación kamikaze cargada con 800 kilos de explosivo y al menos seis cohetes incendiarios. La táctica que utiliza Kiev es bastante sofisticada. Los ataques se han llevado a cabo con manadas de drones. El objetivo es que uno de ellos se estrelle contra la popa, donde se encuentra el sistema de propulsión, para que de esa forma consiga detener el avance del navío. A partir de ese momento, los kamikazes se van lanzando de uno en uno contra los puntos débiles de los navíos atacados. Si detectan que ya han abierto una brecha en el casco, convierten en ese lugar en el objetivo prioritario de los ataques. Los cohetes incendiarios que porta el 'Sea Baby' están preparados para alcanzar la cubierta del buque. Su misión es que la tripulación del barco atacado tenga que refugiarse y no pueda utilizar sus armas ligeras para poner fura de combate a los drones.
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En febrero, Ucrania ha conseguido poner fuera de combate al menos tres buques de desembarco de la clase Ropucha mediante este tipo de ataques. Además, se ha utilizado una versión todavía más moderna del 'Sea Baby' denominada 'Magura V', capaz de navegar a una velocidad de 80 kilómetros por hora y transportar 300 kilos de explosivos. Uno de estos 'Magura' hundió el 1 de febrero de este año a la corbeta lanzamisiles 'Ivanovets'. Al parecer, los ucranianos consiguieron conducir las embarcaciones teledirigidas hacia el lugar de la cubierta en la que se almacenaban los cohetes, que estallaron al detonar las embarcaciones suicidas.
Rusia, que mantiene una eficaz censura de guerra, no ha reconocido gran parte de estas bajas, ni tampoco ha reconocido el número de marineros fallecidos en los ataques. De la misma manera, en algunos canales de Telegram se ha asegurado que el almirante de la Flota del Mar Negro, Víctor Solokov, fue cesado a mediados de este mes a consecuencia de las continuas pérdidas, aunque este extremo no ha sido confirmado.
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El cambio que ha supuesto este tipo de ataques está siendo analizado ahora por los expertos militares, ya que se ha demostrado que unos equipos baratos son capaces de neutralizar una flota valorada en miles de millones. En este sentido, todas la miradas se han dirigido hacia el Mar Rojo, donde la milicia de los Houtíes ha conseguido bloquear en un 50% el tráfico marítimo que utilizaba hasta ahora el canal de Suez. A comienzos de semana se divulgó que Estados Unidos se había incautado de material iraní para la fabricación de una versión más sofisticada todavía de los drones marinos, los torpedos teledirigidos. Estas innovaciones han demostrado que un grupo de combatientes empuñando un mando a distancia pueden causar tanto daño que todo una flota erizada de lanzamisiles.
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