Lugar del atentado en Cali, donde explotó un camión bomba. Reuters

Las disidencias de las FARC y los clanes de la droga revientan los planes de paz de Petro

El derribo de un helicóptero de la Policía y un camión bomba junto a una base militar causan 20 muertos y más de 70 heridos en Colombia

Viernes, 22 de agosto 2025, 20:04

Colombia se asoma de nuevo al abismo de la violencia. Los dos atentados registrados el jueves en Antioquía, en el noroeste, y Cali, en el ... suroeste, con una veintena de fallecidos y más de setenta heridos como resultado, han devuelto al país latinoamericano al pasado. «Ha sido un día de muerte», asumió el presidente, Gustavo Petro, quien acusó a los terroristas de tratar de «irradiar pánico» entre la población civil. El doble episodio fue respondido con el refuerzo del despliegue militar en las regiones donde se produjeron los crímenes y con el arresto, al cierre de esta edición, de dos hombres como sospechosos de estar detrás del segundo suceso.

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La investigación continúa abierta, pero las primeras pesquisas apuntan al Frente 36 de las disidencias de las FARC, dirigido por 'Calarcá Córdoba', con quien el Gobierno de Petro mantiene negociaciones de paz, como responsable del atentado en el departamento de Antioquía. Allí un dron cargado con explosivos derribó un helicóptero de la Policía a la altura de Amalfi que participaba en una operación de erradicación de cultivos ilícitos como la hoja de coca. Un total de 13 agentes especializados en la lucha contra la droga perdieron la vida. Detrás del segundo suceso, en Cali, estaría el Estado Mayor Central (EMC), liderado por Néstor Vera, alias 'Iván Mordisco', con quien el diálogo se rompió en 2024 y ha sido declarado organización terrorista. Un camión bomba estalló en una transitada calle comercial situada en las inmediaciones de una base militar aérea de esta ciudad aunque los 7 fallecidos, entre ellos un menor, eran civiles. Fue «una masacre», dijo el presidente.

El Ejecutivo colombiano rechazó decretar el estado de conmoción interior –similar al estado de excepción– tras el doble atentado, pero instaló un puesto de mando permanente en Cali. «El terrorismo es la nueva expresión de las facciones que se dicen dirigidas por 'Iván Mordisco', y que se han supeditado al control de la junta del narcotráfico», denunció Petro, que relacionó lo ocurrido con la reciente incautación de tonelada y media de cocaína en el golfo de Urabá, entre otras acciones.El fiscal general del Estado, Gregorio Eljach, lanzó una advertencia al mandatario tras lo ocurrido: «La búsqueda de la paz es loable y legítima. Casi todos los presidentes de las últimas décadas lo han intentado también, pero ello no puede hacerse a expensas de la seguridad de la nación y las vidas de los colombianos».

«Están envalentonados»

Las formaciones de la oposición aprovecharon el doble episodio violento para criticar precisamente la estrategia en materia de seguridad promovida por el gabinete de Petro. El expresidente César Gaviria, líder del Partido Liberal, aseguró que «la llamada política de paz total del Gobierno ha fracasado (...) Los grupos se sienten envalentonados, expanden su control territorial y utilizan nuevas tecnologías para atentar contra los colombianos». También desde las filas conservadoras se criticó «el deterioro del orden público» y se acusó al Ejecutivo de no lanzar «mensajes claros».

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«La búsqueda de la paz es loable y legítima. Casi todos los presidentes de las últimas décadas lo han intentado también, pero ello no puede hacerse a expensas de la seguridad de la nación y las vidas de los colombianos»

Gregorio Eljach

Fiscal general del Estado

Los atentados recibieron la condena de los máximos responsables de numerosos países, de Venezuela a Francia. La ONU, por su parte, calificó de «imperativo» proteger a la población colombiana y pidió «frenar la violencia» y «propiciar la Justicia» en el país.

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