Vaya Semanita
«Un vasco nunca baila reguetón y si lo hace, estas podrían ser las graves consecuencias»Un divertido sketch de 'Vaya Semanita' se mete con los hombres y su manera arrítmica de bailar
A.M.
Viernes, 21 de febrero 2025, 08:42
'Vaya Semanita' emitió un divertido sketch en el programa de ayer jueves en el que se metía con los vascos y su manera arrítmica de bailar. En la escena, Antxon estaba tendido en el suelo de la discoteca con, al parecer, una lesión que le impedía moverse. Al llegar los sanitarios descubrieron que la dolencia se trataba de una rotura de cadera y se había producido por bailar reguetón.
Uno de los mitos que persiguen a los vascos es que son muy tímidos a la hora de lanzarse al baile y el que se anima tiende a hacerlo bastante mal. Así que en 'Vaya Semanita' aprovecharon la leyenda para meter el dedo en la llaga.
El sketch comienza con la pareja de Antxon animándole. «Tranquilo, cariño, aguanta, que ya viene la ambulancia», le dice mientras este se muere de dolor. «¿Qué le pasa, es un infarto?», pregunta una de las sanitarias que llega a la discoteca.
A partir de ahí se establece un diálogo entre ambas mujeres que no deja indiferente a nadie. «Le duele por la zona de la cintura», le informa la pareja de él. El primer diagnóstico, «una rotura completa de cadera». Pero los sanitarios tienen más preguntas. «¿Es vasco?». La mujer confirma la identidad del paciente. «¿No habra bailado algún ritmo latino?». Cuando su pareja asiente, estas se llevan la mano a la cabeza.
Un #vasco nunca baila #reggaeton y si lo hace, estas podrían ser las graves consecuencias. #VayasemanitaETB en @euskaltelebista
— Vaya Semanita (@Vaya_Semanita) February 20, 2025
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La mujer de Antxon trata de contar lo sucedido: «Se había bebido un par de copas y empezó a sonar J Balvin... y se vino arriba...». El testimonio enfureció a la sanitaria que llevaba la voz cantante y no dudó en abroncar a su paciente: «¡Usted está loco! No se da cuenta de lo peligroso que es para un hombre vasco bailar... y encima reguetón... Las caderas de los vascos no están preparadas ni genéticamente ni morfológicamente para bailar latino. ¡Ha puesto su vida en peligro!»
Las lágrimas de Antxon mezclaban dolor y arrepentimiento, mientras su mujer se unía a la regañina: «Ya se lo dije yo, que se fuera a la barra a sujetar el cubata y mover un poco el cuello... como siempre». Las sanitarias se despedían rezando para no tener que llamar «a la grúa» para trasladar a su paciente a la camilla.
Pero lo peor estaba por venir para Antxon. De repente sus amigos aparecieron en la discoteca y cuando este pensó que llegaban para animarle, la realidad le golpeó de frente: «Venimos a echarte de la cuadrilla. Uno de nosotros bailando reguetón es aún peor que beber cervezas sin alcohol. ¡Hasta nunca!».