Shudu, la primera modelo virtual, planta cara a las tops de carne y hueso

Para los aficionados a los pasatiempos, Shudu Gram es en estos momentos el 'shudoku' más fascinante y espectacular de la moda. A simple vista, cuesta resolver si esta nueva diosa de ébano es de verdad o una recreación digital. Solo era cuestión de tiempo de que en momentos 2.0. surgiera una modelo virtual que plantara cara a las tops de carne y hueso y osara discutirles la primacía hasta el punto de decir 'Aquí estoy yo'. Pues bien, ese momento ha llegado. Se llama Shudu y viene para quedarse. Es la primera modelo virtual generada por ordenador. La criatura, moldeada por el fotógrafo Cameron James-Wilson, ha cumplido con el principio de llegar y besar el santo. Gracias, sobre todo, al empujón que le ha dado la firma cosmética de la súper estrella musical Rihanna al auparla al Olimpo de Instagram.

La fotografía recabó más de 200.000 'likes'. Desde entonces todo el mundo habla de ella. Cuenta con más de 65.000 seguidores en su perfil social y no deja de sumar adeptos una maniquí a la que se terminó de dar forma hace un año. Es el resultado artístico de una producción laboriosa. El británico Wilson la fue creando mientras experimentaba con la tecnología de modelado en 3D. Para la reproducción de cada imagen del avatar necesitó tres días. Pese a su apariencia extraña, la nueva top, de largo cuello e infinitas piernas, ya sabe lo que es ganarse a algunos de los diseñadores que cortan el bacalao.

Con su aspecto de reina tribal y maneras de la pizpireta Barbie, se ha estrenado con Oscar de la Renta y Fenty Beauty, la empresa de belleza de Rihanna. No se le adivinan límites a una carrera tan incipiente, aunque Wilson asegura, sin demasiada convicción, que no quiere entregar a su 'hija' al mundo de la moda. Busca negocio vendiendo impresiones o esculturas de ella.

De piel negra y cuerpo escultural, Shudu es todo, menos discreta y ambiciosa. Se ha definido como «la primera súper modelo digital del mundo» y ha engañado a mucha gente del negocio. Muchos creyeron al principio que era real. Al aparecer en las redes sociales, sin dar ningún tipo de expiaciones, se propagó el misterio. «Shudu está basada en una Barbie que me encantaba y que se llamaba Princesa de Sudáfrica. Representa lo que siempre he visto como hermoso, pero algo que no veo bastante a menudo», esgrime su creador, de 28 años. Sin embargo, también recuerda a Grace Jones y Alex Week. Modelos que, en opinión de Wilson, triunfaron rompiendo roles convencionales de belleza. En tiempos en que las maniquíes negras siguen denunciando la discriminación que sufren por el color de su piel, Shudu, como antes Iman o Naomi Campbell, promulga la existencia de un estilo que va más allá de los estándares occidentales de pelo rubio y ojos azules.

Interesado en prolongar un misterio que promete proporcionarle enormes beneficios, Wilson alimentó las dudas sobre el origen de Shudu al escribir la frase 'Who is she?' (¿Quién es ella?) en la cuenta de Instagram @shudu.gram. «Si la gente la creía real significaba que mis habilidades con el 3D se estaban afianzando», sentencia.

La modelo deslumbra por sus maneras y las ropas que luce. Es amiga de colores llamativos que realzan su figura. Se decanta por el salmón para trajes de alta costura y el amarillo chillón para mostrar un aspecto más desenfadado. Fotógrafo de moda autodidacta, Wilson vive al igual que su musa su momento de gloria. Pero también les están cayendo palos por todas partes. Más a él que a ella, que, por razones obvias, no ha dicho ni mu. Le han tachado de todo: desde racista a plagiador. «Es solo una imagen bella que he concebido en 3D de la misma forma que podría haberla dibujado, no hay ninguna intención malvada detrás. Además, me he gastado más de 2.000 libras en producirla, y le he dedicado cientos de horas de trabajo. Diseñé a la mujer más hermosa que fuera capaz de imaginar», sostiene. El ahora famoso fotógrafo explica que muchas de las grandes modelos que aparecen en las revistas, por el excesivo uso de «filtros y maquillaje», son «menos reales» que su creación: «Shudu es la unión de todo lo que me apasiona. Personifica las mejores partes de las cosas que me inspiran. Shudu viene de la dirección opuesta. Es una fantasía intentando entrar en la realidad», subraya al tiempo que advierte que tiene «planes» para ayudarla a conseguirlo.

Y de ningún modo acepta que le tachen de racista. En las redes llegó a decirse que Wilson es un fotógrafo blanco que se ha inventado «una forma de obtener beneficios de las mujeres negras» sin tener que pagar a una. «Como artista soy libre de expresar mi visión personal de la belleza. Insisto en que no estoy tratando de reemplazar a ninguna modelo; al revés, he trabajado con muchas modelos negras, pero parece que leer la frase ‘hombre blanco crea modelo negra’ siempre va a ser motivo de controversia. Shudu es absolutamente representativa de nuestro tiempo y hablo de ella casi como si fuera real. Aunque está ocurriendo un ligero cambio en estos momentos, hay más gente que necesita preguntarse lo que de verdad es hermoso».

Tampoco cree que su obra artística, perfecta hasta parecer una mujer de verdad, vaya a destronar a las top del momento. Confiesa que sin modelos reales Shudu, el gran sudoku de la moda, «nunca hubiera sucedido».