Shakira y Piqué cogen olas en el pueblo guipuzcoano de Aizarnazabal
La pareja y sus dos hijos han pasado este fin de semana en la localidad guipuzcoana en el centro de entrenamiento de Wavegarden
Los vecinos de Aizarnabal, una pequeña y recóndita localidad guipuzcoana, aún no se creen a quién han tenido de visita este fin de semana. Acostumbrados a la tranquilidad y a conocerse todos (son unos 700 habitantes), se quedaron de piedra cuando se enteraron de que tenían unos turistas muy especiales. Se trataba de Shakira, Gerard Piqué y sus dos hijos, Milan y Sasha.
La pareja decidió tomarse un respiro este fin de semana: él ya está de vacaciones al haberse acabado la Liga y ella no tenía ningún concierto en la agenda, así que pusieron rumbo a Gipuzcoa. Llegaron en coche y se detuvieron a pagar el peaje en Zestoa, como todo hijo de vecino. La donostiarra Ana Galarraga estaba trabajando en su cabina cuando se percató de que en la furgoneta que se paraba estaban el deportista, la cantante y sus dos hijos. «Me puse a gritar como una quinceañera porque les reconocí al instante. Se me hicieron los ojos 'chiribitas', no me pude contener», describe esta trabajadora
«Casualidad la banda de la tarjeta dió error y tuve que meter los 20 dígitos de la tarjeta a mano. Mejor para mí porque así estuve unos segundos más con ellos», relata aún emocionada. «Soy una persona muy expresiva e intensa y ellos se reían al verme tan alterada. Finalmente controlé mis nervios y me saque un 'selfie' con ellos. Les pregunté que hacían por aquí y me dijo él que de 'turisteo'», cuenta Galarraga divertida.
Luego, fueron al pueblo, donde ella probó la ola artificial del centro de entrenamiento Wavegarden. Al parecer, todo se debe a motivos profesionales, aunque no han precisado cuáles. No es la primera vez que la estrella colombiana se sube a una tabla de surf para practicar en esta instalación. Ya lo hizo el pasado septiembre junto a su marido, pero sin los niños, y dejó a todos sorprendidos con su habilidad en este deporte.
La artista es una enamorada de nuestra tierra. En agosto también pudo vérsela por aquí. Pasó unos días de vacaciones en San Sebastián. Entonces, estuvo cenando en el restaurante Akelarre de Pedro Subijana acompañada de un grupo de amigos. Allí probó las creaciones del chef y gozó de la estupenda atalaya de Igeldo. También dejó ver su inconfundible melena rubia por otros puntos de la geografía de Gipuzkoa, además de del País Vasco francés.