

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
G. C.
Domingo, 14 de enero 2024, 20:24
Ya ha pasado más de un año desde el fallecimiento de la Reina Isabel II, pero todavía sigue a la luz algunos aspectos de su vida hasta ahora ocultos. Dieciséis meses después de que Inglaterra se despidiese de la monarca entre lágrimas, el secretario privado de la difunta, Sir Edward Young, ha dado a conocer para quién se dirigían sus dos últimas cartas escritas en vida. Lo ha hecho en un extracto del libro del biógrafo real Robert Hardman, 'Carlos III: Nuevo Rey, Nueva Corte'. Una era para su hijo, el rey Carlos III, y otra para su principal asistente.
Fue un lacayo quien entregó a Sir Edward Young una de las famosas cajas rojas de la Reina. Contenían documentos vinculados a ministros del Reino Unido y también representantes de la Commonwealth y otros países del mundo. En esta ocasión, nada tenía que ver. «Como todas las cajas rojas, tenía solo dos llaves, una para la monarca y otra para su secretaria privada de turno», se desliza en el libro. Young descubrió en su interior una carta sellada para su hijo, el entonces Príncipe Carlos, y una carta privada para su asistente. «Probablemente, nunca sabremos lo que dijeron. Sin embargo, está bastante claro que la Reina sabía que el fin era inminente y había planeado en consecuencia. ¿Fueron instrucciones finales o despedidas finales? ¿O ambos?», continúa Hardman. Y concluye: «Isabel II había estado completando sus últimos asuntos pendientes».
La Reina también cumplió su último deber real: confeccionar su lista de candidatos para unirse a la Orden del Mérito. «La Reina siempre se lo había tomado muy en serio», especifica el escritor en el extracto revelado por el Daily Mail. «El papeleo le había llegado dos días antes para que pudiera revisar las notas y marcar sus opciones. Aquí estaba, completado y devuelto para que Sir Edward hiciera los arreglos necesarios. Fue el último documento manejado por la reina Isabel II. Incluso en su lecho de muerte, había trabajo que hacer. Y ella lo había hecho», ahonda.
Hardman también explica que la Reina murió «muy tranquila. Mientras dormía. Se escapó. En la vejez. No habría sido consciente de nada. Sin dolor». La biografía también revela que la princesa Ana y la amiga más cercana a Isabel II, Angela Kelly, se alternaban para estar junto a su cama, mientras el reverendo Kenneth MacKenzie le leía la Biblia a la reina.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La Unidad de Trasplantes de Valdecilla, premio Cántabro del Año
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Ingresan en prisión 6 de los 11 detenidos en la macrooperación antidroga en Bizkaia
Ainhoa de las Heras y Luis Gómez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.