Nacho Vidal, sobre su hija transexual: «Es la delegada de clase, una niña muy popular»
Nacho Vidal - Actor porno ·
El actor porno explica que se fue de la asociación Chrysallis porque no quería «obligar a nadie a educar en la diversidad»«No sé de donde ha salido mi hija», comenta riendo Nacho Vidal... Y lo dice con orgullo, por los sobresalientes que saca. Hace ... once años el rey del porno español tuvo un hijo y lo bautizó Ignacio, como él. Pero a los seis años, el pequeño Nacho comunicó a sus padres que él en realidad era niña. Santi Anaya ha novelado su historia en 'Mi nombre es Violeta' (Crossbooks).
–Y dice que su hija no nació en un cuerpo equivocado...
–Yo no hago juicios. Yo escucho a mi hija y ella me dice que no nació en un cuerpo equivocado, que ella es una niña con pene.
–Y se lo dice a Nacho Vidal... ¿El pene ha cobrado ahora otro sentido para usted?
–No he reflexionado sobre el pene, la verdad. No es una reflexión que me venga a la cabeza en el día a día, je, je...
–Se lo preguntaba por lo que pudiera tener de freudiano el asunto.
–Mi hija no quiere ser lo contrario que su padre, simplemente quiere ser ella misma.
–¿Qué se le pasó por la cabeza cuando Nacho le comunicó que era Violeta?
–Fue a raíz de un documental que vio en casa con su madre. Cuando me lo dijeron, al principio, con todo el desconocimiento del que nunca ha tenido una hija transexual, sentí mucho miedo.
–Hay padres que erróneamente reaccionan sintiéndose culpables.
–Yo para nada. Porque tengo tengo dos hijos más, han tenido la misma educación y a uno le gusta el rosa y a otro el azul fuerte. Esto no se debe a que tú hayas hecho algo malo, es simplemente que ese ser ha nacido para ser lo que es.
–¿Y a qué le tenía miedo?
–A la sociedad y a sus prejuicios, al daño que le pudieran hacer a mi hija.
–El libro tiene un claro mensaje anti-bullying.
–Es que basta con haber ido a la escuela para saber que el bullying existe.
–¿Usted lo sufrió de niño?
–Nunca jamás. No me lo he permitido porque nunca me he callado.
–¿Y no se ha sentido víctima de prejuicios?
–Sí, pero como hace tiempo que esto me resbala bastante, no le doy ninguna importancia. Mire, la vida es un ratito. Me voy a morir. Todos nos vamos a morir. Es lo único que sé. Y es una lección muy grande de vida solo prestar atención a lo bueno. Además, seguro que yo también tengo prejuicios.
–¿Sus miedos hacia Violeta se han cumplido?
–No. En mi casa no ha habido ningún drama y ella es una niña feliz. Puede que algún día pueda sufrir por amor, pero ¿quién no ha sufrido por amor? Creo que no va a tener una vida más difícil que los demás.
–¿Cómo le va en el colegio a Violeta?
–Es la delegada de clase, una niña muy popular. Todo el mundo la quiere, todo el mundo sabe quién es y el cambio que ha hecho. La conocieron de Nacho, ahora la conocen como Violeta y todo ha ido muy fluido. Supongo que esto tiene que ver con lo arropada que está. En mi profesión he conocido a transexuales que han sufrido mucho por ser rechazadas en su familia. Muchas acabaron en la prostitución. Mi hija cuenta con todo el apoyo y algún día será abogada, médico o lo que ella quiera.
–Porque además saca buenas notas...
–Jajaja, me trae sobresalientes. Yo no entiendo de dónde ha salido. Le suelo decir: «Hija mía, si suspendes no me va a importar porque yo he suspendido hasta Catequesis». En el colegio me la pasaba castigado en el pasillo. Pero tanto ella como mi hijo León son excelentes estudiantes. No sé a quién han salido estos dos cerebritos.
–¿Recuerda el día que empezó a llamarla Violeta?
–Ha sido algo gradual. En los primeros dos años me confundía mucho con el nombre. El único que no se confundió nunca fue su hermano pequeño, León. Porque él no reconoce a Violeta como Nacho. Para él es Violeta y punto. Los únicos iluminados en la vida son los niños, hasta que llegan a la adolescencia y los contaminamos.
–¿Teme la adolescencia de Violeta?
–Yo ahora mismo no le tengo miedo a nada. Los miedos solo sirven para tener miedo. He cambiado el me preocupo por me ocupo.
–¿Que ha aprendido a través del proceso de su hija?
–He descubierto la paciencia que tengo. Y mi empatía, mi capacidad de respeto y aceptación hacia todo lo que me rodea.
–¿Por qué se fue de la asociación Chrysallis?
–Porque pensamos diferente. Yo pienso que no podemos obligar a nadie a educar a sus hijos en la diversidad. Si no quieren, son libres de no hacerlo. No voy a estar abogando para que haga una ley que a esas personas las obligue a que sus hijos estudien lo que ellos no quieren que estudien... Hay que respetar también a los que piensan diferente a nosotros. Si no pueden aceptar lo de mi hija no pasa nada. Mi hija va a seguir respirando. Todo lo que sea obligar genera odio y yo no quiero que odien a Violeta. Recuerde lo del autobús del 'Hazte oír'. Ellos dicen que los niños tienen pene y las niñas tienen vulva... No pasa nada. Yo tengo una hija con pene, ¿qué quieres que haga, que la lapide, que le dé electroshocks?
–¿Qué dicen sus parientes del Opus Dei?
–Nada. Lo suyo es amor puro. La aman y en ningún momento hemos hablado en la mesa de si eso está mal o bien. Son personas maravillosas que adoran a su sobrina.
–¿Y si algún día Violeta decidiera operarse?
–Pues estaría a su lado. Hoy por hoy es una niña que acepta muy bien su cuerpo. Ahora es capaz de mear en un árbol, antes no. Creo que esto tiene que ver con la aceptación. Estamos enseñando a mi hija a que la expresión 'No pasa nada' sea una de sus leyes.
–Otra frase suya que aparece en el libro es: «Si no te quieren como eres es que no vale la pena».
–Exacto. Yo a mi hija le he dicho: ¿A que a ti no te gusta todo el mundo? Pues ten claro que tú tampoco le vas a gustar a todo el mundo. Y no pasa nada. Otra cosa es que la estuvieran pegando...
–¿Cómo reaccionaría ante eso como padre?
–No quiero ni planteármelo...
–Miguel Poveda me dijo hace poco que con la paternidad para él el sexo ha pasado a un segundo plano... ¿Lo comparte?
–No. A mí no me ha ocurrido. Pero es que él canta. Y yo... no, ja, ja, ja... Yo sigo siendo muy aficionado al sexo. Con amor, siempre con amor.
–Creo que no le gusta que lo califiquen de supermacho.
–Los habrá más machos que yo. Lo que no soy es machista. Pero vivimos un populismo por el cual la pornografía automáticamente se considera machista. Estamos atacando al porno por populismo, que está hoy en todo: en banderas, en idiomas, en países, en sexos... Es asquerosa la cantidad de prejuicios que hay hoy a raíz del populismo.
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