Dabiz Muñoz confiesa en 'El Hormiguero': «A DiverXO le quedan diez años»
El reconocido chef, que presenta el documental 'UniverXO Dabiz', le desveló a Pablo Motos cuál es su última obsesión y a qué sabe el semen de pez
Tiene cuatro Estrellas Michelin y estrena documental, 'UniverXO Dabiz', que presentó enérgico en 'El Hormiguero'. «Soy incapaz de hacer algo que no sea de verdad. Siempre que hablamos de casos de éxito, parece que solo nos quedamos con la parte bonita, pero detrás siempre hay una verdad oculta, cosas que no son tan bonitas. En mi caso hay una historia de sacrificio y esfuerzo, y de gestión mental importante. Y todo eso lo enseñamos», contaba Dabiz Muñoz sobre su proyecto audiovisual.
«Hay gente que piensa que yo ya no cojo una sartén o que a mí me presentan las cosas hechas y ya está. No, yo tengo un equipo increíble en todos los ámbitos, pero lidero en primera persona absolutamente todo lo que hago. Y creo que ahí está el secreto del éxito, que me involucro al cien por cien. Y eso tiene cosas buenas, pero también un peaje que pagar», desvelaba el chef que, paradójicamente, no goza de su propio local. «El peor restaurante del mundo para mí es DiverXO. Odio comer allí porque no disfruto nada, no me lo paso bien, sufro muchísimo… y mira que no es un tema de que mi equipo lo haga mal, el problema es mío que veo un montón de fallos en la ejecución conceptual, en la creatividad, en el equilibrio. Que eso solo tiene que ver con mi parte. Estoy comiendo y estoy sufriendo como un perro», confesaba Muñoz que lleva con su vanguardista comedor 18 años. «A mí, me marca la agenda profesional cien por cien y me marca también mi vida personal. Es muy agresivo con mi vida. Y hay una dicotomía en mi todo el rato en la que me pregunto si realmente quiero seguir con DiverXO. Y no tengo una respuesta todavía. Teníamos otro proyecto al que nos íbamos a cambiar, y eso se cayó. Ahora hemos encontrado otro local al que sería increíble mudar DiverXO, pero con ese ritmo arrollador que llevamos, yo me doy solo diez años más. Luego seguiré cocinando, viajando y haciendo otras cosas, pero ya no será DiverXO. A DiverXO le quedan diez años», pronosticaba.
«Estuve casi un año durmiendo en un colchón hinchable en el sótano del restaurante», rememoraba Muñoz para ejemplificar el esfuerzo que le llevó crear su local. «Tengo la sensación de que le he dado la vida entera al proyecto, y cumples años y te vas preguntando hasta qué punto esto sigue teniendo sentido. Mi concepto del éxito ha cambiado mucho», reflexionaba. Y volvía a la carga. «De DiverXo he empezado a disfrutar hace cuatro años. Yo he tenido una relación muy tóxica con mi restaurante», remataba. Todo ese sacrificio afecta a la salud mental. «Aparte de mi familia, que para mí es lo más importante, tengo dos cosas en mi agenda que no pueden faltar pase lo que pase: el deporte y la terapia. La terapia me ha enseñado a conocerme, a decir cosas que no sabía que tenía escondidas desde hace muchos años, a gestionar mentalmente mis frustraciones y obsesiones…», descubría.
Hablando de obsesiones. A Muñoz le obceca actualmente el pádel. Y apuntó a futbolistas conocidos. «A Joselu lo fundo. Me ha dicho a ver si hablaba de él en 'El Hormiguero'. Y le he dicho que, si lo hacía, iba a decir la verdad. Y lo fundo. He jugado contra él diez veces y nueve le he ganado, igual que a Carvajal, que juegan juntos. Que se preparen Galán y Tapia. Yo soy jugador profesional de pádel ya», proclamaba. Y sumaba puntos. «Como buen obsesivo que soy, he cogido el pádel con ganas. Entreno todas las semanas varias horas a fuego, intento aprender más, veo pádel, mentalmente estoy todo el rato jugando. En mi cabeza solo hay cocina y pádel», garantizaba. Motos quiso acabar la charla preguntando a su invitado a qué sabe el semen de pez. «Ay, Pablo, Pablo, qué curioso eres. En este caso era semen de bacalao. Siempre me había gustado, pero este año me explotó la cabeza. Estaba flambeado, sabía a tostado. Es la textura de una yema de huevo y sabe como entre una sardina a la brasa y un sashimi de atún. Espectacular», zanjaba el maestro de fogones.
