La confesión de Dani Rovira: «La tristeza me llegó con el estreno de 'Ocho apellidos vascos'. Pasé por un duelo»
El humorista explica cómo vivió el estreno de la película más taquillera de la historia del cine español
Dani Rovira repasa en 'Vale la pena', su nuevo monólogo de Netflix, cuáles son algunos de sus momentos vitales en los que cree haber tocado fondo, cuando se ha sentido realmente triste. El humorista confesaba al público del teatro que tenía claro cuál fue el primer instante en el que «la tristeza se abrió paso de una manera más contundente». Le puso fecha: el estreno de la taquillera película 'Ocho apellidos vascos'. Su éxito en el cine contrastó con un mal trago para el humorista de aquella comedia coprotagonizada junto a Clara Lago.
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«Supongo que todos hemos estado tristes en algún momento de nuestras vidas. De una forma más o menos profunda, más o menos veces... Yo hace tiempo me puse a pensar si había un momento en mi vida en el que la tristeza se abrió paso de una manera más contundente. Creo que hubo una fecha exacta, hace unos 11 años, que coincidió con el estreno de una película que se llama 'Ocho apellidos vascos'. Os quiere sonar, ¿verdad?», comenzaba el humorista.
El andaluz explicaba que hasta ese momento no había hecho cine «en su vida». «Yo me dedicaba a esto que veis (a los monólogos). Y, de la noche a la mañana, me convertí en el protagonista de la película más taquillera de la historia de la industria del cine español. Y estando como está el cine… creo que me voy a ir a la tumba con ese récord. Yo no sé si es para reír o para llorar. Lo que sé es que es un hecho», continuaba.
Rovira desveló que «fueron unos meses donde empezaron a pasar cosas absolutamente extraordinarias». «No sabía cómo gestionarlas. De no haber hecho una 'peli' en mi vida, de repente me mandaron un montón de proyectos para cine y la demanda en teatros se multiplicó por tres. Fue una locura». Y remataba: «También me llamaban marcas de publicidad. Y me eché pareja, la 'prota' de la película. Una historia de amor muy bonita. Visto desde fuera para genial… pero no os podéis imaginar lo que fue para mí».
Terapia
Tras el éxito en taquilla, el monologuista cuenta que se despertó un día llorando sin saber el motivo. «Fue a los tres o cuatro meses me levantó. Mi chica de aquel entonces me dijo una de las cosas más sensatas que me ha dicho jamás. 'Dani, ¿por qué no vas a terapia?' Y yo le dije 'pos vale'». Es ahí cuando conoció a su terapeuta, Salvador, al que sigue acudiendo actualmente. «Estuve una hora entera desahogando, explicando el motivo por el que iba, aunque al principio no sabía muy bien qué decir».
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Al acabar la sesión, el terapeuta lo tenía claro. «Me dijo 'denoto en ti una enorme tristeza'». Para Roviera fue un diagnóstico inesperado, aunque acabó entendiendo el motivo. «Me explicó que estaba pasando por un duelo y que ni siquiera sabía que lo estaba pasando. Que no tenía que ser algo literal, que podía ser metafórico. Y empecé a entender muchas cosas». A lo que se refería el especialista es que al actor le estaba costando asimilar que había perdido su anonimato, «algo de lo que no somos conscientes de lo valioso que es».
«Ciertas cosas normales de mi vida me las quitaron de golpe, como ir a recoger a mis sobrinos al colegio o estar debajo de la sombrilla en la playa de Málaga todo el día sin que nadie me moleste». Se sintió «como un pokemon de oro». «Ponía un pie en la calle y…». Más de una década después, Rovira explicaba que estaba «mejor». «Han pasado once años y he ido adquiriendo herramientas. La espuma ha bajado y no sabéis lo que lo agradezco. Y luego, que estoy mucho tiempo metido en mi casa. También os lo digo».
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