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B. V.
Martes, 17 de diciembre 2024, 13:17
Que dos personas sean de la misma comunidad no es muy común en 'First Dates'. Sin embargo, el programa presentado por Carlos Sobera sentó a la mesa a dos guipuzcoanos. José Manuel, de 56 años, de Asteasu, y Esther, de San Sebastián. Muchos pensaba que iba a ver química, pero muy lejos de la realidad.
José Manuel llegó al programa con ganas de buscar a esa persona especial. «Lo que me falta es cariño. Tengo el de mis hijos, pero no es lo mismo», admitía el hombre, quien se considera «tranquilo» y un apasionado del deporte. «Me encanta el monte».
Este guipuzcoano solo tenía un pequeño temor, que a su cita no le gustara por ser calvo. No obstante, estaba seguro de sí mismo. «Mi conquista siempre ha sido la labia», aseguró.
Tras su presentación, llegó Esther, de 55 años, natural San Sebastián a la que su bar en Intxaurrondo le deja muy poco tiempo libre. «Estoy todo el día allí metida», aseguró. A la mujer no le gustó José Manuel. «Que no tenga pelo no me ha hecho mucha gracia», dijo fuera de cámaras.
Mientras José Manuel daba pie a poder verse por «estar al lado», ella era cortante y decía que el bar no le deja «mucho tiempo de vida social». El hombre percibió que su cita le esquivaba con la mirada. «Mira mucho a la derecha, eso significa que no te gusta lo que tienes delante», explicó.
Cuando hablaron de sus aficiones y José Maunel trató el tema del monte, a Esther no le agradó mucho la idea. «El monte no me disgusta pero soy un pato andando, me caigo. El que suba al monte, que esté con las cabras, y yo le espero en el chiringuito de abajo», expresó ella, que prefería salir de «terraceo» con sus amigos. El hombre no daba crédito y dijo fuera de cámaras: «No hace otras cosas que no tengan que ver con el bar. ¿Trabajas en un bar y luego te vas de terraceo?», se preguntaba él.
José Manuel también trató de explicar su situación. «Yo también estoy en la misma situación, pero si no pongo de mi parte voy a seguir solo. No me asusta, pero me apetece», expresó. Entonces Esther reconoció que su cambio como persona. «Yo antes era más de abrazos, más cariñosa, ahora me he ido haciendo más ariscorra…». El hombre, fuera de cámara era rotundo: »Si no estás preparado, para qué vienes«.
Estaba claro que la cita no funcionaba. Finalmente, cuando ambos debían decir si estarían dispuestos a volver a verse, ambos declinaron esa opción. «No ha habido feeling», dijo ella. A lo que José Manuel le espetó: «No te cortes, me puedes decir que no te gusto a la cara».
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