El cuarteto inesperado de Sarah Hanahan, durante su interpretación en el Europa. Blanca Castillo

La tarde totalmente improvisada de Sarah Hanahan

La saxofonista yanqui, que casi no llega a tiempo al Palacio Europa, viene sin su banda, toca por primera vez con los músicos de las jams del hotel y logra salvar la papeleta dejando sincera sensación de felicidad a la concurrencia

Viernes, 18 de julio 2025, 20:49

Tres horas antes de que comenzara el viernes el concierto vespertino en el Palacio Europa de la saxofonista Sarah Hanahan (Marlborough, Massachusetts, 1997), señalada como ... uno de los mejores músicos de jazz menones de 30 años, avisaba por WhatsApp la organización: «Por razones ajenas a la organización del festival, se ha modificado la composición del grupo que acompaña a Sarah Hanahan (...) en esta ocasión acompañada de Luca Filastro al piano, Vincenzo Florio al contrabajo y Andrea Nunzi a la batería. Este trío es el encargado de amenizar las jam sessions que dan continuidad a los conciertos de Mendizorroza en el Hotel Ciudad de Vitoria«. O sea que estos tres italianos sirven lo mismo para un roto que para un descosido, y como quien dice lo mismo pueden acompañar a la Juana que a su hermana.

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Según ha informado sobre el escenario la saxofonista rubia, «he bajado del avión de Nueva York hace diez minutos, y soy afortunada por estar aquí con estos músicos increíbles». Que no eran los tres previstos, con lo cual no ha podido cumplir del todo su misión: presentar su primer disco a su nombre, 'Among giants' (entre gigantes, de 2024), de cuyos ocho cortes a la postre sólo ha interpretado uno, el standard 'Stardust'. Todo el reportorio han sido versiones ejecutadas con esos tres profesionales a los que había conocido en los camerinos minutos antes, pero como ella ha dicho aliviada: «me lo tomo como un chiste, pero este es el poder de la música. Es asombroso tocar por primera vez con ellos. Ya ven que si siquiera sé como se llaman».

Se ha empastado bien la yanqui con los tres italianos, añadiendo codas, cediendo prolongaciones al baterista y al contrabajista («esto en Nueva york lo llamamos pasear al perro», ha dicho ella durante un alargamiento del contrabajista), permitiendo expansiones al pianista todoterreno... ¿Pero no era eso el jazz, improvisar con gente con la que se toca por primera vez?

En 94 minutos han sonado 7 temas y, a lo tonto, quizá este del viernes sea el más bonito de los conciertos vespertinos, a menudo tan intelectuales. Las versiones no han resultado puristas ni académicas, ni siquiera la más tradicional del set, el 'Parker's blues' de Charlie Parker, muy cool y contenido, ejecutado con temple y pulmones por una Sarah que gracias a su tamaño, pues es grande, tiene fuerza de sobra para soplar con energía. Le ha quedado tan bien este blues lento, uno de sus temas favoritos, que parecía que iba a emerger la voz de Big Joe Turner para entonarlo desde el más allá.

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Los cuatro han arrancado con 'A night in Tunicia' de Dizzy Gillespie, con ella añadiendo trinos extras. Se han animado al calipso en 'My new suede shoes', también de Charlie Parker, y en 'Softly as in a morning sunrise' a ella ya se la ha visto más tranquila: se había quitado un peso de encima. Tras el blues sanador ha llegado otra de sus favoritas, 'Stardust', que le ha quedado muy bonita en ósmosis con el piano del italiano, y se ha despedido en falso con 'Be-bop!' de Dizzy Gillespie (ella cierra su disco con un original titulado 'We bop!, pero no lo han tocado en Vitoria), y el bis, exigido con insistencia por el público, ha sido para un ligero 'Mackie el Navaja / Mack The Knife'. Y lo han acabado, y los cuatro se han hecho un selfie con el público feliz detrás, en el patio de butacas.

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