La llama del Azkena prende con Liher
El cuarteto de Donosti abre el festival con guitarreo rabioso y poderosas letras en euskera
Brusco, placentero y con más gritos que delicadezas. Liher, uno de los grupos vascos con más proyección de los últimos años, ha arrastrado con esas ... señas de identidad a un puñado de azkeneros deseosos de rock e imbatibles al sol a la inauguración este viernes del escenario 'Respect' del Azkena Rock. Los movimientos hipnóticos y la voz 'soul' -pero en ocasiones rasgada- de la vocalista del cuarteto de Donosti ha prendido una llama que en tres días espera acoger a cerca de 48.000 asistentes.
El compendio de sus 45 minutos clavados a la perfección (ni un minuto más ni uno menos) podría resumirse en guitarreo (y bajo) rabioso, el golpe constante de las baquetas contra los discos y unas poderosas letras en euskera; lengua que no ha abandonado ni en sus escasas intervenciones.
A la 'frontwoman' Lide Hernando (iniciales de las que toma su nombre el grupo) se le notan los espejos en los que se ha mirado. Guarda como estampita a esas sopranos de tres octavas como Aretha Franklin, Withney Houston o Janis Joplin. Cuando cubre su cuerpo con la guitarra, gesto que le ha ocupado la mayor parte del concierto, pierde autonomía frente a las tablas, lo que se compensa con la sintonía que muestra junto a Iñigo Etxarri (guitarra), Joshka Natke (bajo), y Ander Berzosa (batería) al unirse en círculo como en un akelarre. Si la suelta, se forma algo magnético en su imagen que le hace moverse con soltura, arrastrarse por los suelos y que los espectadores dirijan la mirada de forma inevitable a sus brazos y manos.
Con dulzura y a ratos virulencia, su sonido de base rockera, en el que también se aprecian guiños al blues y pop, ha provocado que los presentes sólo se tomasen un respiro con su top hit y último sencillo 'Eramaten'. El estribillo -cantado por muchos que después no sabían identificar el título del tema- usa la metáfora del agua para enfatizar la importancia de perdonarse a uno mismo. Fuera de eso, ¿la respuesta del público? Un asfalto sorprendentemente cubierto, aplausos sincronizados al aire y continuas afirmaciones con la cabeza como réplica a estar sintiendo sus 'riffs' y melodías emocionantes a la par que contagiosas.
La demostración vocal y la nota discordante del 'setlist' se la han reservado para los últimos minutos. Nor Da Piztia?, de su álbum de 2018 Tenpluak Erre ha dado pie a un pogo contenido final que se desplegará, no cabe duda, en las próximas actuaciones con Steve Earle, Lydia Lunch y Monster Magnet.
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