Azkena Rock Festival
Lo mejor y lo peor de la edición 21 del Azkena Rock FestivalMuchas luces y pocas sombras en el festival de este año
Lo mejor
Indudablemente lo mejor de este ARF ha sido que los cabezas de cartel nocturnos han satisfecho las expectativas del fan más exigente y del espectador más acrítico: había que frotarse los ojos para comprobar que era realidad, que era verdad, el derroche de energía del vetusto y arrugado Iggy Pop, lo bien que resisten el paso del tiempo las canciones de los Pretenders de la siempre jefaza Chrissie Hynde, la perfección audiovisual nu-metalera de Incubus, o la celebración punk de los tatuadísimos Rancid.
Entre lo mejor también, colemos una sorpresa: los hispanomexicanos The Guapos, rocanroleros con letras irónicas pero verídicas y con Leiva a la batería y las voces. Otro detalle positivo es que los menores de 14 años pudieron acceder acompañados y sin pagar entrada. ¡Y los autos de choque!
Lo peor
No ha habido nada intrínsecamente malo, aunque entre lo ocasionalmente molesto, inconveniente o imprevisto enumeremos la lluvia del sábado, lo que le costó despegar la jornada del viernes, el consabido solapamiento de tantos conciertos a veces dirigidos a un espectro de público similar, el regreso de Steve Earle sin banda, la poca luz que hay de noche con lo cual te chocas con otros espectadores al ir de lado a lado del recinto, la larguísima cola de taxis por las noches, y que este año no ha habido churrería donde recuperar la energía a base de azúcar e hidratos.