La mala suerte del cocinero del Guggenheim: presidente de mesa con alumnos de Harvard en el Nerua
«Llegué ayer de Colombia y, sin dormir, preparé con mi equipo el taller que debía impartir hoy, una fecha que tenía fijada hace mucho tiempo...», cuenta Josean Alija
A Josean Alija, chef del Nerua del museo Guggenheim, le ha tocado presidir una mesa de votaciones en Bilbao. No era el mejor día para ... cumplir con sus deberes ciudadanos. «Hoy viene la Universidad de Harvard a un taller que debía impartir en el restaurante. Ayer llegué de un evento en Colombia y, sin poder ni dormir, organicé con mi equipo las actividades de hoy con la Universidad... Era un compromiso muy importante para mí pero no tenía margen para renunciar a estar en el centro electoral, así que aquí estoy dispuesto a llevarlo de la mejor forma posible», cuenta con resignación desde el colegio del barrio de Zamakola en el que va a pasar su jornada, entre los efectos del 'jet lag' y la «pena enorme» de no poder estar hoy en su local de una estrella Michelín.
No es de extrañar que se lamente. El evento que se cocina hoy en el Nerua es de altura. «Harvard elige cada año una zona del mundo y un restaurante para su máster sobre ciencia y cocina. Se trata de estudiar la relación entre la gastronomía y la sociedad. Vamos a enseñarles nuestros pintxos y la cocina que elaboramos nosotros», explica. Además, el establecimiento del Guggenheim abre hoy domingo también al público, recuerda. «La gran faena es que hay gente que organiza su vida y viajes para venir al restaurante a visitarnos y una decisión de última hora te cambia todo, y para mí es muy importante cumplir con los compromisos. Pero son cosas que tocan y hay que hacerlas».
Josean Alija ya se ha metido en su papel de presidente. Asegura que el peor momento ha sido a las ocho de la mañana cuando los miembros de la mesa llegaban con pocos ánimos, contrariados por el madrugón y la larga y tediosa jornada que les espera en este domingo lluvioso. «Superado ese primer momento de más tensiones, he tratado de transmitir que ya que tenemos que estar aquí, lo hagamos con el mejor humor posible», dice. Las primeras horas han transcurrido sin demasiada afluencia de votantes en su mesa, cuenta, y con absoluta normalidad. Cuando se cierren las urnas, el cocinero bilbaíno cuenta que se irá directo a casa a descansar y recuperar las horas de sueño perdidas desde que inició el viaje desde Colombia a Bilbao hace apenas dos días. «Voy a comprar lotería porque estas casualidades de tocarte presidente la mesa, en una jornada que tenía tan señalada en mi agenda, igual quiere decir algo...», comenta divertido.
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