Los candidatos forales buscarán el consenso para transformar la industria en Álava
Todos apuntan el objetivo de avanzar hacia el coche eléctrico con recetas distintas en una cita con los servicios sociales como mayor polémica
Pocas veces, y muchas menos en plena campaña, los candidatos muestran un ambiente de concordia. Sin embargo, el futuro de la industria del automóvil ... es un asunto que -como coincidieron este martes los representantes de las cinco principales fuerzas de Álava- no se puede descuidar por las miles de familias que dependen de ella. Los aspirantes del PNV, PP, EH Bildu, Podemos y PSE a convertirse en el próximo diputado general destacaron este martes en el debate organizado por EL CORREO la necesidad de apostar por el vehículo eléctrico, pero discreparon tanto en el rumbo como en el ritmo que se debe adoptar.
Si bien Ramiro González (PNV) y Cristina González (PSE) apostaron por «acompañar» o «cuidar» a las empresas como Mercedes en esta transformación, Kike Fernández de Pinedo (EH Bildu) y Arantxa Abecia (Podemos) exhortaron a la principal industria vasca a que «se ponga las pilas» para evitar que la fabricación se traslade hacia Asia. Iñaki Oyarzábal (PP), por su parte, reclamó que el cambio de combustibles fósiles a electricidad «se acompase al ritmo real» de la sociedad y aprovechó la ocasión para criticar el 'impuesto al diésel' que plantea el Gobierno de Pedro Sánchez.
Pero no todo en Álava son automóviles y, en esto también coincidieron los cinco aspirantes, existe una acuciante necesidad de apostar por nuevos sectores como el farmacéutico, el biosanitario o la denominada industria 4.0. Las discrepancias residen en cuál es la receta para evitar que la economía de la provincia flojee. El actual diputado general apostó por generar un ambiente de estabilidad fiscal y política que invite a las empresas frente al modelo de EH Bildu que quiere «ahogar a las empresas. Ustedes no las quieren», lanzó González. Una pulla que dolió de forma notable a Fernández de Pinedo, ya que se guardó su respuesta varios turnos de palabra hasta que recordó la labor de su grupo en el Parlamento vasco donde ha impulsado ponencias para -por ejemplo- defender el futuro industrial del Valle de Ayala.
«Devolver a la sociedad»
Y es que, aunque todos los candidatos tendieron la mano a tejer acuerdos después del 26-M para conseguir que Álava prospere, se percibieron notables discrepancias en las políticas fiscales que -como afirmó la mayoría- es el arma que luego determinará las políticas industriales, sociales, culturales y de cualquier tipo que se desarrollen desde la Administración foral. En ese punto se evidenció una grieta enorme entre la derecha y la izquierda de la próxima Cámara provincial. El PP apostó por bajar los impuestos para «devolverle a la sociedad el esfuerzo realizado durante los años de la crisis y dinamizar la economía». «Cuando se bajan impuestos, se empeoran los servicios», respondió la socialista Cristina González.
Se observaron ataques hacia uno y otro costado en el encuentro que tuvo lugar en la denominada 'sala Google' de las oficinas municipales del barrio de San Martín y que estuvo moderado por las periodistas Olatz Barriuso y Marta Madruga. El punto álgido llegó cuando se puso sobre la mesa el debate sobre los servicios sociales y los escándalos que recientemente se han registrado, con casos de prostitución de menores tutelados, agresiones o problemas de drogas. Todos lamentaron lo sucedido, pero fue Oyarzábal quien aprovechó la ocasión para responsabilizar al Gobierno foral por su «falta de previsión» en la gestión de unos centros donde se «malea» a sus usuarios. Palabras que indignaron a todos sus contrincantes -sin excepción- que le acusaron de «amarillismo» y de estigmatizar a quienes se ven obligados a utilizarlos.
El PP pide bajar impuestos para dinamizar la economía y el PSE replica que sólo empeorará los servicios
Hace siete días en un encuentro similar organizado por este diario, la candidata del PSE a la Alcaldía de Vitoria, Maider Etxebarria, no dudó en criticar la «falta de ambición» del Ejecutivo municipal -con cuatro concejales socialistas- lo que encendió los ánimos del peneuvista Gorka Urtaran. Este martes, sin embargo, reinó la lealtad entre socios y Cristina González no entró a criticar el trabajo desarrollado por sus compañeros jeltzales en el Gobierno foral. Así que algunos quisieron interpretar sus numerosas propuestas en políticas sociales como una enmienda a la situación actual. «Hemos de mejorar la educación de los menores y adolescentes de estos centros y los espacios donde se les atiende. Tenemos que hacerlo todos en conjunto», sugirió la secretaria general de los socialistas alaveses. Palabras que sirvieron a Abecia para acusarle de «haber pertenecido a un ejecutivo y de no haber levantado la voz hasta la campaña».
Falta de gestión
A Ramiro González le tocó defenderse de los numerosos golpes que recibía de uno y otro lado en materia social. Oyarzábal y Fernández de Pinedo denunciaron que la Diputación no ha sabido gestionar las residencias para personas mayores y en situación de dependencia. «No ha generado ni una sola plaza nueva». El candidato a la reelección trató de frenar los ataques recordando que para finales de la próxima legislatura se inaugurará una residencia en el barrio vitoriano de Lakua de manos del Grupo Mondragón en una gestión público-privada. Un proyecto que no sirvió a Arantxa Abecia para que los servicios sociales permanezcan «colapsados».
Porque las 'líneas rojas' que separan a los partidos son muchas veces de trazo grueso y difíciles de obviar tras una bronca legislatura en las Juntas Generales. Y es que ni siquiera el vino de Rioja Alavesa sirvió para que los candidatos brindasen por una postura común. En ese punto, cada grupo expuso una hoja de ruta distinta al rival. El PNV planteó la creación de una 'subdenominación' para la comarca sin salirse de la DOC Rioja, para lo que necesitaría cambiar la ley en el Congreso de los Diputados. El PP mostró su apoyo a los bodegueros y agricultores ante las «peleas de nacionalistas». EH Bildu respaldó a quienes han impulsado que ABRA se haya rebautizado en la Asociación de Bodegueros de Euskadi. Y el PSE reclamó que no haya cambios de gran calado para garantizar la estabilidad en una de las marcas que descubre el territorio histórico al mundo entero.
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