«¿Soberanismo? Bastantes problemas tenemos ya en Europa»

- ¿Son conscientes los vascos de la importancia que tienen estas elecciones europeas?

- Son conscientes de la importancia de la UE en sí. Pero muchas veces nadie traduce esa importancia al voto. Saben que en unas generales se elige al presidente del Gobierno y un tipo de políticas, pero no hacen ese paralelismo con Bruselas. La política europea debería ser casi la hermana de la nacional y ahora somos un familiar lejano. Y es un error.

- Explique tres decisiones que en los últimos cinco años hayan afectado directamente a los vascos en las que usted haya intervenido.

- Plan de inversiones europeo. Se han movilizado 350.000 millones de euros. Hay un montón de empresas vascas beneficiadas por ese plan. Garantía juvenil europea, que son ayudas a la contratación y a la formación de jóvenes. Muchos de ellos vascos, aunque tal vez ni sabrán que ha sido gracias a Europa. Y luego baserritarras, arrantzales... con la política agrícola o pesquera común. Todo lo que nos rodea es política europea.

- ¿Debo agradecerle que cuando viaje por Europa no tenga que pagar más por llamar por teléfono?

- Claro, eso ha sido algo muy visible, como el programa Erasmus, que ya no hace falta defenderlo porque lo hace por sí solo.

- Usted ha insistido en la campaña en la necesidad de «proteger a Europa». ¿Pero de quién?

- Tenemos amenazas internas de la extrema derecha y del Brexit. Y también externas, de Estados Unidos, que ahora nos amenaza con aranceles a nuestro sector de la automoción, clave en Euskadi. Y tenemos ataques terroristas. Hay que proteger Europa para que el proyecto siga vivo y para que Europa proteja a sus ciudadanos.

- ¿Da por hecho el Brexit?

- Para nada. Antes creía que sí, pero según avanzan las cosas lo veo prácticamente imposible. No tienen un acuerdo. Votaron a la ligera, sin saber cómo gestionar la respuesta. Ganó el 'no' y no saben cómo irse. Así que igual se tienen que quedar.

- A regañadientes.

- Siempre han estado un poco a regañadientes. Espero que se queden, aunque es verdad que ya estamos un poco cansados del Brexit. Que se vayan sería un error histórico, para ellos y para nosotros.

- Euroescépticos, populistas... ¿Quieren acabar con la Unión desde dentro?

- Hay que gestionar lo que tenemos y tratar de que no condicionen la política europea. Para eso hay que sacar mayorías importantes y que su peso en la Cámara sea el menor posible. Pero luego hay que ir a la raíz del problema. ¿Por qué les votan? Es una consecuencia directa de la crisis económica, que ha derivado en una social, en falta de esperanza. Hay que dar esperanza a la gente para que no se sienta tentada a buscar respuestas donde no las hay. Además, hay que sancionar a los Estados miembros que no respeten los valores de la UE.

- ¿Será Bruselas el nuevo campo de batalla de los soberanistas catalanes y vascos?

- Seguro que lo intentan. Pero en Europa no se habla de esto. Bastantes problemas tenemos ya como para que les generen más. Europa está preocupada por la economía, el desempleo, los refugiados...

- Da la sensación de que en Bruselas la convivencia parlamentaria es más productiva y menos partidista que en España.

- Es una virtud, pero por necesidad. Ningún partido tiene mayorías. En el Parlamento Europeo sabemos que, si queremos avanzar, necesitamos buscar acuerdos.

- ¿Debe haber más política común en materia de inmigración?

- Hay que hacer una inmigración legal, ordenada y, sobre todo, una política de integración. La gente viene aquí a labrarse un futuro y a ayudarnos a desarrollar Europa.

- ¿Y en fiscalidad?

- Hace falta armonizar la política fiscal. No es lógico que tengamos un mercado común y distintos sistemas impositivos. Algunos países están haciendo política desleal. Usan maquinaciones contables para atraer a empresas, como Irlanda o Países Bajos.