El veto al gas ruso reduciría un 40% el tráfico de gaseros en el Puerto de Bilbao
El consumo vasco de este combustible cayó el año pasado un 31%, muy por encima de lo marcado en los planes de contingencia de la UE
La vicepresidenta tercera del Gobierno de España y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, defendió en la última cumbre de ministros de Energía de la ... Unión Europea la necesidad de avanzar en un acuerdo para vetar el gas natural licuado (GNL) ruso. Este combustible se ha convertido en el más descargado en las regasificadoras europeas para hacer frente al cierre del Nord Strem (el gasoducto que proveía este combustible a Europa desde Rusia) provocado con la guerra de Ucrania. España ha sido el país donde mayor impacto ha tenido, ya que Enagas tiene más del 30% de la capacidad de regasificación del continente.
El GNL ruso descargado en las siete instalaciones del operador estatal se incrementó un 34% en 2023 hasta alcanzar los 72.690 GWh. Una cantidad que, para ser transportada requiere de unos 75 buques. Mucho de ese combustible se trasladó luego a países de la Unión.
El caso es que la dependencia europea sigue siendo alta, ya que el gasoducto que llegaba a Alemania transportaba 184 bcm anuales, una cantidad equivalente a 1.900 barcos. De ahí que el gas sea una de las pocas materias primas sobre las que no se han establecido un veto hasta ahora en la UE.
Si se consumara la propuesta de la ministra Ribera, que requiere del consenso de los Veintisiete, la medida afectaría directamente al Puerto de Bilbao, que recibió el pasado año un total de 64 buques, de los que 29 contenían GNL de Rusia. La regasificadora que el Gobierno vasco y Enagas tienen en el municipio de Zierbena descargó en 2023 un total de 28.870 GWh de combustible procedente del país liderado por Vladímir Putin. Y es que la capital vizcaína es la puerta en España al gas ruso que viene por barco ya que recibe el 40% de las compras nacionales.
La desaceleración económica afectó a la demanda de gas industrial, que se redujo en casi un 10% en 2023
En cambio, la demanda vasca de este combustible dibujó un escenario totalmente distinto. Según Enagas, el consumo vasco de esta fuente de energía en 2023 se redujo un 31%, hasta un total de 24.934 GWh. Es un ajuste muy superior al del 7% que la Unión Europea había establecido para España en los planes de contingencia que se activaron al estallar la guerra de Ucrania.
De esa cantidad, 18.596 se destinaron a uso convencional, que afecta a la actividad industrial y al uso doméstico en las redes de gas natural. Este tipo de demanda se redujo mucho en los primeros seis meses del año, mientras que se recuperó un 34% en el tercer trimestre para cerrar el ejercicio con un ajuste leve, del 7,24%. Un reflejo de la desaceleración económica experimentada por la industria.
En cuanto al otro destino del gas, el empleado en las centrales de ciclo combinado para generar electricidad, ascendió a 5.698 GWh. Una reducción enorme, del 63%, respecto a los 15.490 GWh del 2022. La causa ha sido el gran comportamiento registrado por la energía renovable. La aportada al sistema en España con origen eólico y fotovoltaico fue notablemente superior en 2023 logrando picos medios de generación por encima del 50%.
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