A las empresas españolas les cuesta 'desengancharse' de los bancos
Pese a que el contexto actual es «positivo» para el desarrollo de la financiación alternativa, el 90% de las compañías sigue acudiendo sólo a la bancaria
La última gran recesión ha enseñado muchas lecciones en materia económica. Una de ellas es que las empresas con una estructura de financiación más diversificada ... aguantaron mejor los embates de la crisis, frente a aquellas que sólo captaban capital en las ventanillas de los bancos. Sin embargo, a las compañías españolas les cuesta 'desengancharse' de la financiación bancaria: aún hoy es la única opción para el 90% de ellas, según el último informe de la Asociación para los Mercados Financieros en Europa (AFME). Cifras que sitúan a España por detrás de otros países como Estonia, Bulgaria, Portugal o Rumanía. Y por supuesto, a años luz de los anglosajones, cuyas empresas tienen menos reparos para financiarse a través de fondos de inversión, sociedades de capital riesgo, 'familys office', mercados de capitales, 'crowdfunding', etc.
«No es cuestión de sustituir a la financiación bancaria, sino complementarla. Personalmente recomiendo a las empresas trabajar todas las alternativas posibles», cree Javier Galdós director corporate finance de la consultora LKS Next. Una opinión compartida por el resto de expertos que este pasado miércoles intervinieron en la jornada 'Estructura de financiación sostenible: Instrumentos complementarios a la banca', organizada en Bilbao por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) y LKS Next.
Las cifra de financiación alternativa son aún en España «muy modestas. Y no hablamos del 'crowdfunding', cuyos números son casi testimoniales», aseguró Alberto Alberdi, viceconsejero de Economía, Finanzas y Presupuestos del Gobierno vasco. También son muy reducidas las del Mercado Alternativo Bursátil (MAB), donde el pasado año en torno a 122 empresas obtuvieron una financiación de 1.500 millones de euros. Por su parte, en los últimos cinco años el Instituto de Crédito Oficial (ICO) ha concedido préstamos a unas 900.000 empresas por valor de 61.500 millones de euros.
En el caso del capital riesgo, otra modalidad de financiación alternativa, «hablamos de una inversión de 6.000 millones de euros en todo el Estado», de los que el aproximadamente el 10% corresponde a Euskadi. Cifras «modestas pero importantes, porque estas alternativas de financiación están experimentando un crecimiento vertiginoso y tienen un gran futuro», en palabras de Alberdi.
El viceconsejero admite que la financiación no bancaria «es muy exigente, y la salida a los mercados difícil», aunque todo depende del tamaño de la empresa. Y en España -también en Euskadi- sigue siendo muy pequeño. Sin embargo, el contexto «ayuda» a que las empresas se desenganchen poco a poco de la vía bancaria. En primer lugar, porque los bancos «han atravesado por dificultades que todos conocemos: el proceso de desapalancamiento del crédito ha descansado en ellos fundamentalmente, y además se están desprendiendo de activos dudosos».
Por otro lado, añade Alberdi, «el Banco Central Europeo (BCE) se ha visto obligado a realizar inyecciones de capital muy fuertes en los mercados a través de los instrumentos de expansión cualitativas, que intervienen directamente en la financiación corporativa y los mercados de renta fija».
Las empresas y la solvencia de los bancos
Jaime Luzarraga, socio de Momentum Investments, recuerda que a raíz de la crisis, muchas empresas se vieron «arrastradas» por problemas de solvencia de entidades financieras. «A muchas de ellas se les obligó a reducir sus líneas de circulante. Y si haces esto de un día para otro, puedes tener problemas muy serios», advierte. Las que mejor aguantaron el chaparrón, subraya, «fueron las que tenían una estructura de financiación más diversificada, con compañeros de viaje que aguantaron en los tiempos de crisis».
En su opinión, estamos en una época «de cambio estructural. Los requisitos de capital de la banca son distintos, y se va a ir retirando poco a poco de los créditos concedidos a largo plazos, porque penalizan sus recursos propios». De ahí que poco a poco se estén desarrollando «inversiones institucionales que les van a sustituir».
No obstante, existe un claro problema que al final supone un freno a la financiación alternativa. Y es que «cuando los precios (del dinero) están 'tirados', las empresas se decantan por la financiación más barata, sin fijarnos en plazos y garantías», advierte Amaia Jugo, directora territorial en Bizkaia de Elkargi, sociedad de garantía recíproca que en sus casi 40 años de historia ha concedido más de 129.000 avales por valor de 7.000 millones de euros.
A su juicio, «las empresas tienen que tener una financiación equilibrada y visión a largo plazo». Y las variables a tener en cuenta deben ser «el plazo, la garantia y el precio». Para que este cambio de cultura cale, «la dirección financiera de la empresa va a tener una importancia vital».
Porque aún hoy en día domina la figura del director general «de ordeno y mando», junto a un director financiero «con perfil demasiado administrativo. Y no sólo ha de ser capaz de no generar problemas, sino que tiene que genera oportunidades», considera Yolanda Beldarrain, directora general de la Sociedad de Gestión de Capital Riesgo del Gobierno vasco. En su opinión, «hay mucha liquidez en el mercado, pero pocos proyectos para financiar. Y entonces surge el riesgo de que al final las empresas vayan a por el precio».
«Este cambio las empresas lo tienen que hacer cuando puedan, no cuando tengan que hacerlo. Pero para consolidarlo hace falta mucha educación, tanto interna como externa. Y eso requiere tiempo», añade Jaime Luzarraga.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión