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El presidente de Sidenor, José Antonio Jainaga, negocia ya en solitario con el dueño principal de Talgo, el fondo Trilantic, la adquisición de sus acciones ... para controlar la compañía. La férrea defensa que el Gobierno de España ha hecho del consorcio vasco -formado también por el Ejecutivo del lehendakari, Imanol Pradales, y las fundaciones bancarias BBK y Vital- terminó por disuadir a la polaca Pesa y a la india Jupiter Wagons de intentar competir con Sidenor.
Así, fuentes conocedoras de las negociaciones confirmaron este jueves a EL CORREO que la compañía controlada por el fondo público de Polonia, PFR, desistía de presentar la opa por el 100% de Talgo pese a mostrar su interés en un anuncio realizado este pasado sábado. Todo para evitar un encontronazo con el Gobierno de España que, como adelantó en exclusiva este periódico, trasladó a comienzos de semana un contundente mensaje a la Administración polaca presidida por Donald Tusk. Moncloa pidió que no interfirieran en una vía que garantizaba una solución nacional e industrial para Talgo.
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La presión era máxima. El miércoles, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, que participaba en Varsovia en una cumbre empresarial entre España y Polonia, recordó que la legislación española disponía de herramientas para proteger empresas estratégicas. Se trata del 'escudo antiopas', con el que el Gobierno ya bloqueó el intento de la húngara Magyar Wagon de comprar Talgo el pasado agosto. La india Jupiter Wagons también se echó a un lado porque, según explicaron fuentes del entorno de sus asesores en España, prefieren esperar a un momento más oportuno para colaborar con Talgo.
Mientras todo esto ocurría, la cotización del fabricante de trenes se desplomaba en Bolsa un 9,28%. Cerró la sesión a 3,91 euros. El precio de cotización está, además, muy por debajo de la oferta de Sidenor, dispuesto a llegar hasta los 4,8 euros por acción y por el 29,7% de los títulos que están en manos del fondo anglosajón. La siderúrgica vasca cuenta con el apoyo del Ejecutivo autonómico, que aporta 45 millones del fondo público Finkatuz. El consorcio lo completan las fundaciones bancarias BBK y Vital con 45 y 20 millones, respectivamente.
Las alternativas polaca e india concurrían junto al consorcio vasco en un proceso de presentación de ofertas que concluye hoy a las 14:00 horas. En esa pugna, polacos e indios ultimaban ofertas por el 100% de Talgo para ofrecer en torno a 5 euros por acción -619 millones-. Un planteamiento que superaba en cantidad y porcentaje de títulos al planteamiento del consorcio vasco.
Sidenor se compromete a aterrizar en Talgo como único socio industrial para tratar de sacar adelante una compañía que atraviesa un complicado momento. Su cartera de pedidos, que supera los 4.000 millones, no cuenta con una capacidad de fabricación suficiente ya que la compañía no ha realizado inversiones en las instalaciones durante los últimos cinco años. Eso hace que los contratos ahoguen sus plazos de entrega. Esta situación es la que ha provocado los retrasos en la entrega a Renfe de 30 trenes de alta velocidad -los conocidos como Avril-. Una demora que ha provocado la ejecución de una penalización de 116 millones.
La provisión de esta sanción dejaría a Talgo con pérdidas en 2024 y es una de las cuestiones que debe afrontarse en los acuerdos que quedan pendientes de suscribir. Si bien es cierto que el operador ya ha trasladado su disposición a buscar mecanismos para financiar el pago suavizando su impacto.
Pero además de esto, lo más importante es la plasmación de un plan industrial para el futuro. En este punto fuentes conocedoras de la operación hablan de una segunda fase en la que, tanto el Gobierno central como el vasco, sí se habrían abierto a dar entrada con acuerdos comerciales a Pesa y a Jupiter. De hecho, mantener viva esta opción es una de las claves que ha podido provocar la retirada del proceso compra.
La polaca Pesa ya mantiene un memorándum de colaboración con Talgo y cuenta con instalaciones que permitirían ayudar en la entrega de los 56 trenes a Deutsche Bahn en un pedido de 1.400 millones, que es uno de los que más aprieta en estos momentos. Jupiter Wagons, interesada en la aplicación de la tecnología de alta velocidad de Talgo en India, ofrece la apertura de un mercado de gran volumen de contrataciones.
Queda también la posición del resto de socios del núcleo duro de los propietarios de Talgo. Trilantic es el principal, pero comparte con Torreal y la familia Oriol su posición en el fabricante a través de la sociedad Pegaso. La operación de Sidenor se centra solo en las acciones del fondo anglosajón, por lo que se debe resolver también la salida del resto en la que el Gobierno central puede jugar un papel clave con la Sepi.
Mientras tanto, la sensación de alivio en las instituciones y en el entorno de Talgo ya se dejó sentir ayer. El diputado general de Álava, Ramiro González, quiso insistir en «lo tremendamente importante que es para Álava que regrese una empresa que tuvo que salir de aquí por algo que no tenía que haber pasado», en referencia a la amenaza terrorista. Y es que el apoyo de las instituciones vascas a la operación pasa por el traslado de la sede de Talgo a Euskadi, donde tiene en la localidad alavesa de Rivabellosa su planta más importante con 700 empleados.
El acuerdo pasa también por que el fabricante de trenes ponga en marcha un centro de I+D en Álava. Una serie de movimientos que, según explicó González, «refuerza el papel de la industria y es un paso muy importante para los proveedores que trabajan para Talgo y su crecimiento».
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