Las rupturas de las cadenas de suministros retrasan la recuperación del empleo vasco
Euskadi no logra la misma velocidad en el restablecimiento de la ocupación precovid, que ya han superado 26 provincias
La recuperación económica es un hecho constatable, pero su intensidad está en tela de juicio tras la revisión realizada por el Instituto Nacional de Estadística ( ... INE) sobre el crecimiento del PIB del segundo trimestre de este año. Tampoco hay homogeneidad territorial en materia de empleo. Los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del mismo periodo la descartan por completo: el conjunto de España no ha logrado aún alcanzar el nivel de ocupación previo al covid, pero sí hay una avanzadilla de 26 provincias que lo han logrado ya, entre las que casi no hay representación vasca. Sólo supera el nivel de ocupación Gipuzkoa, con 400 puestos más, mientras que Bizkaia y Álava aún están en números rojos con 20.700 y 10.800 ocupados menos, respectivamente. El saldo neto vasco son 31.100 ocupados menos que antes de la pandemia. Las provincias avanzadas son Madrid (+31.000), Toledo (+23.900) y Granada (+11.600).
Los datos de la EPA del segundo trimestre se ven reforzados por las últimas cifras de afiliación a la Seguridad Social. Mientras el conjunto de España batía marcas en reducción de paro y alzas de afiliación, Euskadi registraba 3.000 desempleados más y casi 12.000 afiliados menos.
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La menor intensidad del crecimiento de la ocupación radica en el carácter industrial de la economía vasca, un sector menos cíclico, con caídas y alzas menos intensas. Así lo sostienen el catedrático de Economía Aplicada de la UPV Josu Ferreiro, el profesor de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad de Deusto Javier Arrieta Idiakez y Joseba Madariaga, director de Estudios de Laboral Kutxa y profesor de Deusto Business School. Pero también apuntan a que hay que tener en cuenta que otras provincias pueden crecer más en ocupación porque también cayeron más. Lo subraya el profesor Arrieta. La EPA, dice, muestra que Euskadi tiene la tasa de paro más baja de España, con un 10,02%, y que está a sólo un punto de llegar al nivel precovid, lo que atribuye a la estabilidad del empleo industrial.
Desigualdad territorial
Lo que le «llama la atención» al catedrático Ferreiro es la disparidad de los datos internos de la ocupación vasca: cada territorio evoluciona de forma diferente y lo mismo sucede con los sectores de servicios e industrial. En la desagregación territorial de la EPA del segundo trimestre se ve que en Bizkaia crece con gran intensidad el empleo industrial (casi 19.300 puestos en comparación con el segundo trimestre de 2019), mientras que Álava y Gipuzkoa se quedan muy rezagadas. Incluso destruyen empleos en este sector y sustentan su mejor ocupación en los servicios. Según Ferreiro «es algo que no tiene que ver con el covid ni con sus efectos económicos y que está haciendo que el sector industrial en Álava, y sobre todo en Gipuzkoa, esté quedando en materia de empleo al margen de la recuperación económica generalizada».
A su juicio, hay que mirar «al efecto que están teniendo los problemas de las cadenas de suministros», que están impactando con mayor intensidad en el sector de automoción, que estructuralmente tiene más peso en Álava y Gipuzkoa; en Álava por la factoría de Mercedes Benz y sus proveedores directos y en Gipuzkoa, por su potente industria auxiliar.
En Euskadi el sector de automoción aporta el 25% del PIB y da empleo directo a unas 40.000 personas. Esta actividad es la que más depende de la fórmula 'just in time' de las cadenas de producción y suministro globales. Y lo que antes fue su gran fortaleza ahora es su gran debilidad. Las rupturas de las cadenas de suministro le están paralizando: el retraso en la recuperación del tráfico marítimo con Asia, el incremento de los costes logísticos, el bloqueo del transporte global que supuso el accidente del portacontenedores 'Ever Green' en el Canal de Suez y, sobre todo, la escasez de chips que empezó a finales del año pasado y que ahora se ha agudizado.
El director de Estudios de Laboral Kutxa, Joseba Madariaga, recuerda como tras el parón del confinamiento el primer sector en reactivarse fue la industria. «Ya en mayo de 2020 el sector industrial arrancó con fuerza, empezó a ir como un tiro, prácticamente así hasta finales de año». Pero después comenzaron los signos de desaceleración. «Hacia finales de año, en el ultimo trimestre, empiezan los primeros problemas con los chips y con la cadena de suministros», lo que sin duda «está lastrando a nuestro sector industrial. Un tema que tampoco parece que tenga una solución fácil», constata.
Para terminar con la tormenta perfecta, Josu Ferreiro añade que a este problema de oferta, la automoción suma otro grave de demanda. «Se ha desplomado» por los efectos de la crisis en los bolsillos de los ciudadanos, pero sobre todo por «la incertidumbre que han generado los cambios de las normativas de emisiones de los coches y las subidas de impuestos».
en su contexto
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31.100 ocupados menos aún registra la EPA en Euskadi, mientras que en el conjunto de España son 133.200, aunque 26 provincias ya han superado sus niveles de empleo previos al covid.
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Madrid, la que más crece con sus servicios Coincidencia en cifra, pero en sentido opuesto: 31.000 ocupados más tiene Madrid que en época precovid, sustentado en su sector servicios.
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