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Esta misma semana el comisario de Economía de la Unión Europea, Valdis Dombrovskis, alertó de que la zona euro crecerá menos de lo esperado. Exactamente ... las cuatro décimas en que rebajó su previsión para dejarla en un avance del 1,1% en el PIB. Es el resultado de la incertidumbre provocada por la guerra arancelaria anunciada por el presidente de EE UU, Donald Trump, -aunque suavizada algo tras los acuerdos posteriores- sobre una industria europea que sigue sufriendo por la presión competitiva de Estados Unidos y China.
A pesar de las dudas, Euskadi escapa a ese enfriamiento con un remedio basado en el empleo y el consumo. La fórmula, que es una solución de corto recorrido y necesitada de mayor vigor industrial, es efectiva en los resultados que arroja uno de los mejores termómetros para medir el vigor de la economía: los impuestos que pagan empresas y familias. Según los datos de las diputaciones vascas, hasta abril el comportamiento de la recaudación vuelve a crecimientos de doble dígito, con un 10,8%, que no se veían desde hace más de un año. En los cuatro primeros meses de 2025 ciudadanos y compañías pagaron a Hacienda en Euskadi un total de 6.064 millones, 597 más que el año pasado.
La evolución recupera cifras que no se veían en las haciendas forales desde 2023, en plena escalada de los precios. El principal impulso sigue residiendo en el IRPF que, por el peso del empleo, crece un 7,4% con 150 millones más gracias a las retenciones aplicadas en las nóminas de los más de un millón de trabajadores vascos afiliados a la Seguridad Social. Y eso que en los datos de este impuesto se recogen ya los primeros pagos realizados por las diputaciones en la campaña de la Renta.
De todas formas, este avance sufrirá un ajuste con la reforma fiscal que descarga del IRPF a las rentas inferiores de 20.000 euros, que dejarán además de notarlo en sus retenciones en la nómina a partir de julio.
El otro gran empujón recaudatorio ha estado en el IVA, que también presenta una lectura compleja. El que gestionan directamente las diputaciones sobre las compras en Euskadi se ha disparado un 10,6%, 170 millones más. Contrasta con las caídas que se vinieron registrando el pasado año y que se concretaron en un 3,1%.
El cambio de tendencia va más allá de una posible recuperación del consumo y reflejaría medidas como las aplicadas este año contra el fraude de los hidrocarburos. En el último trimestre de 2024 la Diputación de Bizkaia achacó una caída del 10,7% en el IVA al impacto de este impago de impuestos.
Además, el primero de los ajustes que se hacen cada año con la Agencia Tributaria sobre el IVA ha arrojado un saldo favorable a Euskadi de otros 130 millones, un 21,6% más, que han engordado la factura fiscal en la que se nota también el alivio de los mutualistas, cuyas devoluciones el pasado ejercicio alcanzaron casi los 800 millones.
Las empresas, en cambio, sí dan muestra de algo más de fragilidad y, aunque queda pendiente la liquidación de Sociedades en julio, en los adelantos realizados hasta abril han desembolsado 380 millones. Es un 5,6% menos que el año pasado y una alerta de algo más estructural.
Otros impactos positivos en las arcas forales vinieron del buen comportamiento del mercado y de las inversiones del ahorro. Las retenciones en las ganancias patrimoniales y en el IRPF de no residentes, muy marcado por el reparto de dividendos de las cotizadas vascas, fue de 75 millones más. Además, la recuperación del impuesto a la generación eléctrica creció un 170%, hasta los 23,3 millones. Y, entre los extraordinarios, también ayudó la suerte: los premios de lotería aumentaron el pago de impuestos un 225%, hasta los 42,5 millones.
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