El número de inmigrantes en la industria vasca se duplica durante la última década
El sector se nutre de trabajadores de fuera ante «la imposibilidad de las escuelas de Formación Profesional de cubrir la demanda»
Sergio Llamas
Domingo, 20 de julio 2025, 16:14
En un mercado laboral ávido de trabajadores, la industria vasca no puede quedarse cruzada de brazos para atraer talento. El sector ha decidido tomar la ... iniciativa y lanzarse a la caza de perfiles dispuestos no solo a garantizar la formación de una nueva plantilla, sino también a dejar por escrito un compromiso de contratación que facilite a potenciales trabajadores extranjeros la regularización de su situación en Euskadi. Y de esta manera la población inmigrante ha asentado su presencia en el corazón de la economía vasca, duplicando su número en el sector en la última década hasta rozar ya los 10.000 trabajadores.
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«Pocas empresas se involucran en la formación»
La Federación Vizcaína de Empresas del Metal (FVEM) puede poner nombres y apellidos a muchos de estos ejemplos. En los últimos meses ha venido incentivando diferentes programas con ayuda de Lanbide para solventar obstáculos que pudieran entorpecer la captación de nuevos contratos a las empresas vascas. «Nuestras escuelas de Formación Profesional no son capaces de cubrir la demanda que hay en determinadas profesiones. Lo estamos viendo en puestos como soldadores, electricistas, torneros… no somos capaces de generar suficiente mano de obra como para cubrir todas las vacantes que se están dando hoy en día, y que se verán ampliadas en los próximos años», augura su director gerente, Adolfo Rey.
Se trata de una colaboración más que necesaria por ambas partes. Por un lado, ofrece estabilidad y garantiza una situación de regularidad a trabajadores que subsistían en condiciones precarias. Por otro engrasa una cadena de producción que se enfrenta a la jubilación de buena parte de sus plantillas y a una falta de vocación que parece extendida entre los más jóvenes del territorio. «Una empresa no puede estar esperando siete, ocho o diez meses para que una persona obtenga la documentación necesaria. Si conseguimos agilizar ese proceso, será mucho más eficiente para todos», añade el director.
Para la industria, además, la plurinacionalidad es más que conocida. «Nosotros estamos en el mundo. Un 60% de nuestras empresas tienen actividad internacional así que tener gente con diferentes perfiles no es nuevo y nos viene hasta bien», razona Rey, para quien la novedad ahora es que hay que sumar velocidad al proceso en un sector que sigue creciendo y demandando más personal, también sin limitaciones de edad. «Solemos decir que no somos un sector edadista. Incorporar a un trabajador de 50 años sigue siendo atractivo porque te proporciona una persona que puede seguir trabajando durante otros 15 años contigo, y más si tiene conocimiento sobre lo que es estar en un taller. Las empresas cada vez ponen menos problemas en este sentido», agrega.
Consultas de extranjería
Para responder a esta demanda, la FVEM lleva impulsando su propia área de empleo desde hace cinco años. «Estamos viendo que cada vez son más las consultas que nos están haciendo nuestras empresas en materia de extranjería», explican los técnicos del área, José Luis Bezanilla y Amaia Jiménez, aunque ahora trabajan con un programa piloto de arraigo por formación que ha puesto en marcha el Gobierno vasco a través de Lanbide, y que ya ha sumado a 25 trabajadores en dos grupos (uno para programas básicos de electricidad y otro para soldadura por punción) en 18 empresas. «Desde la Federación les buscamos el puesto para hacer las prácticas y a través de éstas se gestiona su permiso de residencia», detalla Bezanilla.
El proceso, que a cuenta de la reforma de extranjería puesta en marcha el 20 de mayo se realiza bajo la fórmula del arraigo socioformativo, permite también a la empresa conocer el perfil de los integrantes. «También hacemos una preselección para garantizar que se cumplen los requisitos -no requieren el permiso de residencia ni ningún conocimiento previo en la materia, pero sí otras cuestiones como una cierta desenvoltura en el idioma para poder seguir los cursos que superan las 500 horas-. La última vez nos supuso seleccionar a 14 personas de entre unas 140», explica el técnico. Eso sí, con una garantía de éxito total. «El interés ha sido mayúsculo por parte de las empresas y en todos los casos ha habido 'match' con un contrato indefinido», afirman.
Ignacio Torres, director de operaciones de Emartin Facilities reconoce que estas incorporaciones son más que bienvenidas. «Faltan reemplazos y hay una apuesta clara por incorporar gente», subraya, hasta el punto de montar un aula de formación en una de sus instalaciones. «Nos interesa que vayan acompañando a otros compañeros para que se hagan al trabajo y puedan asumir tareas cada vez más delicadas, como un cuadro eléctrico en un hospital», ejemplifica.
Mónica Quijano, directora de planificación y control de recursos en PINE, explica que utilizan las opciones de conciliación que ofrecen sus jornadas -de 7.00 a 15.00 horas- para atraer talento. «Hay una demanda de perfiles electricistas que está creciendo, por ejemplo en la construcción, y por suerte o por desgracia también están creciendo los salarios en otros sectores como los supermercados, y que compiten con nosotros», reflexiona.
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