Los médicos dejarán en manos de Adeslas el control accionarial de IMQ

El consejo de administración de IMQ ha decidido esta semana ampliar el plazo para que los accionistas acepten la oferta de Adeslas: un total de 255.000 euros. El nuevo plazo, que vencía inicialmente a finales de este mes, finalizará el 28 de febrero de 2023 por razones burocráticas. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia debe dar su autorización y con posterioridad será la Dirección General de Seguros quien evalúe la operación. Ambos trámites se han alargado más allá de lo previsto. La venta final se formalizaría en marzo.

El resultado, sin embargo, ya es suficientemente clarificador. Los médicos accionistas de IMQ han decidido vender sus títulos de forma mayoritaria y lo han formalizado ya ante notario, donde han firmado la venta de sus títulos, con una cláusula suspensiva y a la espera de las autorizaciones administrativas. Según ha podido conocer este periódico, 742 de los más de 1.000 accionistas de la compañía aseguradora vasca han optado por vender. Algunos de ellos han aceptado desprenderse de la totalidad de sus acciones -el paquete mínimo era de 1.000 títulos- y otros han preferido una venta parcial, lo que les mantendrá unidos en el futuro a la compañía y al cobro de dividendos. Aproximadamente un 56% de las acciones de la Sociedad de Médicos, la entidad instrumental que actúa como cabecera del holding de sociedades que componen el IMQ, ya están comprometidas para la venta.

Para los accionistas que desean vender, el aplazamiento del cierre de la operación a finales de febrero puede suponer un inconveniente, pero encierra también dos ventajas. La primera es que todos los médicos cobrarán el dividendo de la compañía a cuenta de los resultados de 2022 -aún por concretar- y aplazarán el pago de impuestos de la plusvalía también un año, hasta la declaración del IRPF que realizarán en la primavera de 2024.

La operación, tal y como había sido planteada, tiene su complejidad pero las consecuencias se pueden resumir de forma esquemática. Aunque no se sumase ni una acción más al proceso de venta, SegurCaixa Adeslas ya se ha garantizado que tendrá el 50% de la filial de seguros de IMQ, la joya de la corona y la compañía que genera la mayor parte de los beneficios del grupo. Adeslas -propiedad del Grupo Caixa y de Mutua Madrileña- se autoimpuso ese límite en la filial de seguros, pero tendrá una ventaja: en el consejo de administración contará con un voto dirimente para deshacer empates. A cambio, aceptó condiciones, como la necesidad de contar con una mayoría reforzada -el 80% del capital del grupo- para decisiones que afecten a la sede social, a las desinversiones estratégicas y de filiales o a un hipotético cambio del modelo asistencial que tiene IMQ.

Con las ventas ya aceptadas ante notario, Adeslas tendrá también el control -con al menos el 54% del capital social- de Grupo IMQ, la sociedad subholding en la que se concentran todas las participaciones de la compañía y de la que dependen empresas como la clínica Zorrozaurre, Igurco o IMQ Prevención.

Fuentes cercanas a la operación aseguran que la mayor parte del actual consejo de administración de IMQ se mantendrán como accionistas, al tiempo que Adeslas ha dado a entender que habrá estabilidad y continuidad en la dirección de la empresa vasca. En la misma línea, señalan que está descartada la venta de filiales del grupo a medio plazo. Éste era uno de los temores que habían expuesto muchos médicos en las juntas de accionistas en las que se debatió la oferta de Adeslas.