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El paro ha registrado su mayor incremento mensual en agosto desde 2001. Blanca Castillo

Los malos datos de agosto alarman sobre las «nubes negras» que acechan al empleo vasco

El aumento del paro y la delicada situación de la metalurgia ponen en alerta al Gobierno autonómico sobre el futuro de la industria

Sergio Llamas

Domingo, 7 de septiembre 2025, 00:15

Euskadi ya esperaba este mes un golpe en los datos de empleo, pero los 4.178 parados sumados en agosto, y que suponen uno de ... cada cinco nuevos desempleados de toda España, han supuesto «una cifra más abultada de lo esperable». Así lo reconoció esta semana el lehendakari, Imanol Pradales, quien advirtió sobre la necesidad de «analizar las tripas de estos datos y ver si son una situación puramente coyuntural o puede haber algún elemento estructural más relevante».

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El dato del paro es claro. Supone el mayor incremento mensual en un agosto desde 2001 y aunque en la comparativa anual el desempleo mantiene su descenso (cae casi un 2% respecto a 2024), hay sectores que preocupan como el de la metalurgia, donde los parados han crecido un 13,6%. También suben en la educación, el sector cinematográfico y en la fabricación de caucho y plásticos.

Dos de estos ponen el dedo en la industria, un ámbito que preocupa especialmente y que parece ser el más amenazado por los aranceles en «un momento en el que el mundo se está poniendo complicado», advirtió Pradales, «y con nubes muy negras en el cielo de la economía global». Tal y como recordó, entre el «quinteto» de los países a los que más exporta el territorio -Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y Estados Unidos-, los dos primeros atraviesan situaciones «muy complicadas» y el último ha fijado una política arancelaria que puede costarle al PIB vasco entre tres y cuatro décimas.

La Federación Vizcaína del Metal (FVEM) prevé el mismo clima. Si bien durante el primer semestre incorporaron 1.400 trabajadores, un dato que según manifestó su presidenta, Begoña San Miguel, esperan mantener al final de este ejercicio, advierten igualmente «nubarrones» y detectan que algunas empresas han buscado refugio en los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). «Esperamos que los datos no sean tan malos, pero como siempre en la industria tenemos que estar preparados para cualquier cosa que llegue y, sobre todo, para defender nuestra posición y que todos sigamos trabajando», remarcó.

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El viceconsejero de Empleo e Inclusión, Alfonso Gurpegui, trasladó un mensaje más tranquilizador, y aunque reconoció que hay que estar atento a la evolución de los próximos meses, descartó «un cambio de tendencia en el mercado laboral». «Aunque la cifra del paro es mayor que otros años, nos encontramos en un momento en el que el número de personas trabajando también está en máximos históricos». Y es más. «Hay que destacar que a 1 de septiembre hay menos parados que en la misma fecha de 2024», recordó Gurpegui.

Educación

Y es que el sector que más engorda el paro en agosto es la educación, un habitual del verano fruto de los interinos en la formación reglada -que necesitan 165 días trabajados para cobrar durante el verano- y de los contratos fijos discontinuos que se producen en concertadas y academias.

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El pasado mes la educación se cobró la mitad de todo el aumento del paro, 2.142, aunque todo apunta a que estos puestos se recuperarán ahora con la vuelta a las aulas, incluso a pesar de la pérdida de alumnos. En los dos últimos años se han matriculado 13.000 menos, se estiman este curso en unos 345.000, una caída que se viene repitiendo pero que no impide al sector incorporar trabajadores para prestar una atención más personalizada. Solo el año pasado la red pública sumó 756 plazas a tiempo completo, y el número de afiliados totales se mantiene al alza de año en año.

Así las cosas, Haizea Arbide, portavoz del sindicato del sector Steilas, atribuyó el empeoramiento de los datos en agosto a los cambios normativos. «Incluso habiendo rebajado el número de días que tenían que trabajar para cotizar en verano, ha habido modificaciones de contratos a lo largo del curso que han llevado a que a muchos trabajadores se les finiquitara en junio, y estos han seguido afiliados durante un tiempo en proporción a lo trabajado. Es un tema -añadió- por el que ya el año pasado metimos muchas reclamaciones».

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Intensidad del repunte

La patronal vasca también confía en un repunte del empleo en septiembre, aunque admitió desconocer «con qué intensidad lo hará». Pablo Martín, responsable de economía en Confebask, señaló que «el crecimiento económico se está restringiendo y también lo hace el mercado laboral vasco», una pérdida de dinamismo que se traduce en que durante los primeros ocho meses del año se quedó en el 1% frente al 1,6% de 2024.

«Las empresas van a contratar si tienen necesidad de hacerlo, y eso va a depender de si tienen actividad», razonó en referencia al agridulce acuerdo sellado entre la UE y EE UU -que sigue castigando con especial intensidad al acero- y a un crecimiento europeo que califican de «anémico». Dos situaciones que podrían poner a parte de la industria contra la pared, aunque todavía sospechan que es demasiado pronto para que esto se traslade al mercado laboral.

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«Lo positivo es que seguimos creando empleo y seguimos reduciendo el paro en términos interanuales», valoró Martín. «Los datos de un mes no nos deben evitar ver el bosque de todo un año», metaforizó, aunque también recordó que hay problemáticas que se vienen repitiendo en el mercado laboral como las dificultades para «encontrar determinados perfiles». «Esto nos debería hacer reflexionar sobre la necesidad de afinar con las políticas activas de empleo. Es necesario ver qué podemos hacer para activar al mayor número de personas desempleadas», reivindicó.

Esta reflexión no convence a los sindicatos. Goio Martín, técnico de empleo y formación de CC OO de Euskadi, cree que se recuperarán los puestos perdidos en educación y en servicios, pero no todos los vinculados a la industria. «Siempre estamos hablando de la calidad del empleo de la industria, pero también tiene sus sombras y eso no les ayuda a encontrar los perfiles que quieren por lo que pagan. Es un sector, además, que suele aprovechar el verano para realizar despidos y que luego ya, si hace falta, los van recuperando durante el año», afirmó.

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El temor es que un ejemplo de esto podría avecinarse. Este agosto la industria manufacturera perdió 2.000 cotizantes (un 1,13% del total), una situación similar a la que también se produjo en verano del año pasado, solo que entonces todos los puestos perdidos no terminaron de recuperarse hasta diez meses después.

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