Los húngaros mantienen la opa y el accionista principal, Trilantic, centra todas las miradas
Mientras Talgo busca una salida a la gestión industrial, los accionistas y Magyar Vagon tratan de navegar en el inédito mar abierto por el veto ... del Gobierno a la opa. De momento, según confirmó EL CORREO de fuentes de Magyar Vagon, el consorcio húngaro no va a retirar su oferta de 617 millones de euros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). La decisión no es barata porque supone mantener el aval de 650 millones cuyo coste es de 40 millones en intereses al año. Pero a su vez podría reforzar la posición legal del consorcio magiar mientras no se resuelva el recurso que preparan al Tribunal Supremo contra el veto gubernamental. En todo caso, la CNMV señaló que no tramitaría la opa si no contaba con el visto del Gobierno. Así que la situación en que quedaría la opa sería una especie de limbo.
Uno de los asesores de estas operaciones explicaba ayer que es un escenario de «gorilas en la niebla», en el que accionistas, inversores y reguladores exploran las vías a tientas en un continuo rumor de comentarios legales y análisis de mercado.
Todas las miradas se centran en el fondo inversor Trilantic, el principal accionista de Talgo con el 40% de la compañía. Con el rechazo a la opa ha dejado de ganar 250 millones y tiene, además, la capacidad de romper la unidad de acción que hasta ahora ha mantenido con la familia Oriol y Juan Abelló. Son el núcleo fuerte de Talgo y de su consejo de administración con el control del 60% de las acciones a través de la sociedad Pegaso International.
Si Trilantic decide moverse de modo independiente y comenzar a vender los títulos podría romper las mayorías de la compañía y de sus órganos de gobierno condicionando a los demás socios. Lo que está claro es que el fondo británico desea salir de Talgo, lleva intentándolo desde hace años y fue quién planteó la operación con Magyar Vagon como solución.
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