Las empresas vizcaínas dibujan un futuro optimista pese al impacto de la inflación
Cámara Bilbao estima que el PIB crecerá un 4,2% y que alcanzará este año el 99,1% del nivel anterior a la pandemia
«En esta vida hay que ser optimista». Así ha cerrado hoy José Ángel Corres la última rueda de prensa que dará como presidente de Cámara Bilbao, un puesto al que no presentará su candidatura y que dejará el próximo 15 de noviembre. Los datos de la Encuesta de Coyuntura Industrial que realiza la cámara de comercio avalan su sonrisa. Porque las empresas de Bizkaia hacen una radiografía positiva del rumbo de la economía: durante el segundo trimestre, el 92% ha aumentado su plantilla, el 46% ha incrementado sus ventas -un 34% adicional las ha mantenido-, un 72% considera que sus stocks de materia prima son adecuados, y solo el 23% ha reducido sus inversiones.
Todos los sectores crecen: la actividad industrial vizcaína aumentó un 9,3% en mayo, cuatro décimas por encima del dato acumulado en los primeros cinco meses del año, la construcción ha revertido la tendencia con un robusto crecimiento del 7,2%, y los servicios también tienen un buen comportamiento, aunque hay que tomar los datos con cautela por la distorsión que la pandemia introdujo en los de 2021: la actividad comercial de Bizkaia creció un 5,8% en el primer trimestre del año, y en mayo el turismo duplicó con creces las pernoctaciones del año pasado.
Además, las perspectivas de las empresas vizcaínas para los próximos tres o cuatro meses son bastante halagüeñas: el 90% espera estabilidad en el empleo, un 75% apuesta por mantener la producción en volúmenes similares, y solo el 12% augura una caída en las ventas. En esta coyuntura, Cámara Bilbao espera que la economía, tanto de Euskadi como de Bizkaia, crezca un 4,2%. Si esta previsión se cumple, Corres espera que este año el PIB alcance «el 99,1% del nivel que tenía en 2019».
Eso sí, el presidente de la institución ha subrayado que la revisión a la baja de las previsiones iniciales se debe a la incertidumbre que predomina, sobre todo debido a los efectos de la invasión rusa. La inflación es el que más preocupa. «Es el gran problema de las economías occidentales y está impulsada por la guerra en Ucrania, aunque hay que recordar que ya antes estaba en alza», ha analizado Corres. No en vano, entre las principales preocupaciones de cara a 2023, la de los precios de la energía y de las materias primas es, con gran diferencia -76,4%-, la más mencionada en la encuesta. Le siguen los costes laborales -59,55%- y, a gran distancia, la escasez de personal cualificado -29,21%-. El 35,79% de las empresas preguntadas escoge el nivel máximo de afectación por la inflación.
