El Ever Given paga y vuelve a navegar, pero recuperar la mercancía no será fácil
El propietario del buque exige a los clientes que paguen una garantía para recibir la carga, pero no todos tienen un seguro que cubra la contingencia
Tres meses y medio después de haber atascado el Canal de Suez durante casi una semana, el Ever Given vuelve a navegar rumbo al Mediterráneo ... para llegar al puerto de Rotterdam con cien días de retraso. La liberación del mercante se ha logrado gracias al acuerdo alcanzado entre el propietario japonés del barco y las autoridades egipcias que lo retenían, que en un inicio exigían el pago de mil millones de dólares en compensación.
Finalmente, la cifra se ha reducido a la mitad, aunque no ha trascendido la cuantía exacta, y los resignados dueños de la mercancía que viaja a bordo de 20.000 contenedores ya sueñan con recibirla. Si todo va según lo previsto, la carga con destino a Bilbao, estimada en medio centenar de contenedores, transitará en Holanda y llegará en torno al próximo día 26.
No obstante, hacerse con ella no será sencillo. «Se ha puesto una garantía para recuperar la mercancía, que es la contribución de la carga al salvamento del barco en apuros», explica Arturo Miguélez, responsable de Green Ibérica, el brazo español de la naviera taiwanesa que opera el buque, Evergreen. Esto quiere decir que quien quiera los productos que viajan en el Ever Given deberá pagar un porcentaje de su valor para liberarlos.
«Quienes tengan un buen seguro no tendrán problema, pero algunos excluyen la avería gruesa y otros embarques no están asegurados», añade Miguélez. Dependiendo de la importancia de la mercancía y de si continúa siendo necesaria para las empresas que la esperaban, algunas pueden incluso decidir abandonarla. Por eso, Miguélez asegura que la presión de la naviera ahora es «máxima» para que los clientes depositen la garantía y evitar así tener que asumir el coste de toda la operación, porque la marejada que se avecina en las aseguradoras amenaza con ser peligrosa. «Ahora todo son prisas, porque el barco ya está en marcha», apunta Miguélez.
Sin duda, el Ever Given deja tras de sí una dolorosa enseñanza: el comercio mundial es mucho más frágil de lo que parece. No en vano, el atasco que provocó el barco hizo temblar las conexiones entre Asia y Europa y dejó en evidencia la falta de inversión en un canal anticuado que no tenía medios para desencallar los modernos megabuqes que lo transitan. Ahora trabaja a destajo para ensanchar y aumentar el calado de una arteria vital para la economía global.
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