Cuando el euro y el dólar valen lo mismo
Análisis ·
La fortaleza de la moneda americana alimenta la volatilidad y la inflaciónEl euro y el dólar valen ahora lo mismo, tras dos décadas de liderazgo del primero. La tendencia, según los analistas, marca que la divisa ... americana siga revalorizándose en términos de la europea. O lo que es exactamente lo mismo, que la moneda del viejo continente continúe depreciándose en términos del billete estadounidense. El tipo de cambio es un precio. El precio de una moneda en términos de otra moneda.
Comenzaremos recordando que el 1 de enero de 2002, primer día de curso legal de la nueva moneda europea, un euro se cambió por 0,9038 dólares. No fue hasta julio de 2002 cuando el euro superó la paridad con el dólar en el mercado y así se ha mantenido de forma sostenida. El 15 de julio de 2008 el euro alcanzó su valor máximo, al cambiarse por 1,599 dólares en los mercados internacionales de divisas. Por su volumen transaccional y carácter vehicular, el dólar y el euro son consideradas las dos divisas más importantes del planeta. Representan aproximadamente el 60% y el 20% de las reservas globales, respectivamente.
Si queremos hablar de las razones en la evolución del tipo de cambio, que ya ha quedado dicho que es un precio, debemos indagar las razones de la variación de tal precio. Y todo precio viene formado por la conjunción de la oferta y de la demanda. ¿Qué factores de la oferta y la demanda han confluido en el precio del dólar y en qué dirección han actuado?
El primer factor es comercial. Si la balanza comercial de un país es superavitaria respecto de otro, su moneda tiende a revalorizarse porque hay un exceso de demanda de esa moneda en virtud del superávit. Es el caso que analizamos. El superávit de balanzas en favor de Estados Unidos implica que compradores netos europeos generan demanda marginal de dólares contra euros: el dólar sube. Con la guerra de Ucrania, Alemania y la Eurozona en su conjunto se han deteriorado desapareciendo su tradicional superávit comercial. El encarecimiento de la energía ha lastrado la competitividad de la zona euro y las sanciones a Rusia han eliminado uno de los mercados importantes de la eurozona.
La segunda causa reside en el arbitraje financiero que surge de la búsqueda de una mayor rentabilidad ofrecida por tipos de interés más altos. El cambio de la política monetaria estadounidense hacia una retirada de los estímulos monetarios más temprana y radical que la europea con una subida de tipos de interés más agresiva está provocando una compra de dólares que incide en su revalorización. Los mercados de futuros con posiciones vendedoras de euros facilitarán la depreciación adicional del euro frente al dólar. Los tenedores de posiciones cortas de dólares se hallan, lógicamente, en una situación comprometida.
EE UU se erige en el refugio financiero del planeta frente a la inestabilidad de Europa por la invasión rusa de Ucrania
El tercer componente es de naturaleza especulativa o previsional. Estados Unidos se erige una y otra vez en el refugio financiero del planeta frente a la inestabilidad que aqueja a Europa como consecuencia de la invasión rusa de Ucrania y la implosión y dependencia de las materias primas y energéticas. Esta demanda adicional de dólares incide en su apreciación.
Existe un cuarto factor en la determinación del tipo de cambio representado por la intervención de los bancos centrales en apoyo de su moneda. Este aspecto, que ha jugado un papel estelar en otras épocas, carece de relieve en los momentos actuales porque implicaría un drenaje sin límite de las reservas de dólares del Banco Central Europeo, de las que los 'brokers' especializados y los grandes bancos darían cuenta en un breve espacio de tiempo.
Enunciadas las razones de la nueva paridad, no nos queda sino agregar un juicio sobre la bondad de los hechos referidos. La situación no es inocua o indiferente. Evidentemente, existen algunos beneficiarios de la situación: los potenciales compradores americanos de bienes y servicios europeos. Y la gradual promesa en la zona euro de que una divisa débil estimulará sus exportaciones y con ello su producción, su empleo y de nuevo su superávit comercial.
Pero como efecto impacto, la fortaleza del dólar introduce en el sistema un componente añadido de volatilidad, agrava las cuentas exteriores de las economías emergentes altamente endeudas en dólares y alimenta una inflación rampante y pandémica. Europa precisa recomponerse.
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