«Diez años en un cargo y pasas del emprendimiento al conformismo»
- ¿Le ha molestado su salida de Enagas?
- Bueno, uno acepta este tipo de decisiones con naturalidad. Creo que había cumplido un ciclo, ... diez años en la compañía. Creo que había hecho más cosas bien que mal, el proceso de internacionalización, participé en el proceso de diversificación para la búsqueda de nuevas oportunidades de negocio, he vivido dos reformas regulatorias... Creo que ya estaba bien. Es bueno reciclarse.
- Pero a nadie le gusta abandonar el poder.
- Puede ser, pero después de diez años te repites y creo que te acomodas. Cuando llevas diez años en un cargo pasas del emprendimiento al conformismo, por eso está bien que las compañías renueven sus equipos.
- Hay algo en Enagas que llama mucho la atención. El consejo de administración parece más bien un mausoleo de políticos quemados.
- Hay de todo, no sólo hay políticos.
- Antonio Hernández Mancha, Ana Palacio, Isabel Tocino, José Blanco, José Montilla... ¿No le parece demasiado?
- Hay que darse cuenta de que es una compañía muy regulada, en la que es bueno que haya consejeros que conozcan bien la Administración pública. Eso es bueno, es positivo y ocurre en empresas similares de cualquier país. Pero coincido con la idea de que quizá sí sea excesiva esa representación y también que falte un mayor componente de consejeros con mentalidad industrial.
- Aunque el Estado tiene una pequeña participación, llama la atención que sea el único accionista con representantes en el consejo.
- Sí, es verdad que ese es uno de los problemas que tiene Enagas y que sería bueno que hubiese accionistas en el consejo de administración.
- ¿Por qué no están?
- Porque no quieren... o porque no pueden. Hay una limitación que impide tener más del 5% y eso a muchos les frena a tener una vinculación estrecha.
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