Las diputaciones ponen puente de plata para que los vascos disuelvan las Sicav 'gratis total'

Ahora ha sido el Gobierno central quien se ha propuesto apretar las tuercas a este tipo de sociedades de inversión, en las que ha abundado la simulación para cumplir los requisitos formales que se exigían, de tal forma que se intuye ya la liquidación de la mayor parte de las que existen. En este contexto, las haciendas forales han decidido poner un puente de plata a los vascos que aún utilizaban este vehículo de inversión -en realidad, han copiado o están a punto de hacerlo la legislación aprobada por el Estado con este mismo objetivo-, para propiciar un 'gratis total'. Esto es, que sus propietarios no tengan que abonar abultados impuestos por las plusvalías obtenidas hasta ahora en sus Sicav, a cambio de que se comprometan a traspasar la totalidad del dinero a un fondo de inversión.

Álava y Gipuzkoa ya han sacado adelante las normas forales que recogen esta exención de impuestos, de la que se beneficiarán las grandes fortunas de Euskadi, al tiempo que Bizkaia se dispone a hacerlo en las próximas semanas. Y es que la 'solución' a los vascos que han utilizado las Sicav hay que dársela en el IRPF, y este impuesto es de normativa foral.

El origen de este cambio en la fiscalidad vasca está en la ley de medidas contra el fraude aprobada por el Gobierno central a finales del pasado año. Hasta ahora, las Sicav debían cumplir, básicamente, dos condiciones: tener un capital mínimo de 2,4 millones de euros y, al menos, un centenar de accionistas. En el modelo aplicado habitualmente, y salvo alguna excepción, el 98 o 99% de esos accionistas eran de pega. Apenas tenían participación en el capital y, en la práctica, prestaban sus nombres para cubrir la formalidad. El grueso de ese colectivo, denominado en el argot como 'mariachi', lo conformaban empleados de sociedades financieras.

La nueva ley obliga a que esos accionistas tengan, al menos, una participación valorada en 2.500 euros. Pese a que no se trata de una cantidad elevada, ha sido un torpedo en la línea de flotación. Además, la supervisión de estas sociedades pasará de la CNMV a la Agencia Tributaria, lo que permitirá que la Inspección de Hacienda pueda aterrizar sobre ellas. La sospecha es que, al dejar a Hacienda en la puerta, se habían cometido un buen número de irregularidades fiscales en su gestión.

El régimen transitorio, al que ahora las diputaciones forales se comprometen a dar cobertura para los inversores vascos, finalizará en diciembre de este año. Antes de esa fecha, los propietarios de las Sicav deben adoptar una decisión trascendental: acomodarse a las nuevas exigencias de composición de capital; reconvertirse en sociedades anónimas convencionales y pagar el 25% en el Impuesto de Sociedades frente al 1% actual; o abordar una liquidación, coger todo el dinero y depositarlo en un fondo de inversión español en condiciones fiscales ventajosas. Esta última opción, aseguran los expertos, será la elegida por el 85% de las Sicav actuales. Los dueños de ese dinero tendrán de plazo hasta julio de 2023 para realizar la nueva inversión en un fondo español y beneficiarse así del 'gratis total' en materia impositiva.

La medida tiene también su 'zanahoria', para tratar de evitar que las grandes fortunas desvíen ahora sus ahorros financieros hacia otros países de Europa -hay predilección por Luxemburgo- que tienen una normativa muy laxa para los instrumentos equivalentes a las Sicav. ¿Cúal es? Pues que la exención fiscal solo se activará si el dinero se queda en fondos nacionales.

85%de las Sicav, según las estimaciones, se disolverán y sus activos se reinvertirán en fondos.