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«Nada ha cambiado». Confebask mantiene su rechazo a abrir una mesa de negociación sobre un salario mínimo vasco. Después de dar un portazo al ... primer intento, en el que todos los sindicatos se habían unido para solicitar un SMI autonómico acorde a las condiciones socieconómicas del territorio, la respuesta será la misma en el segundo. La patronal ratifica su postura contraria a una propuesta que, considera, «pondría en riesgo la sostenibilidad y competitividad de las empresas».
En esta ocasión, Confebask ni siquiera asistirá a la mesa del próximo jueves en el Consejo Vasco de Relaciones Laborales (CRL), convocada por ELA y LAB. Los sindicatos nacionalistas, sin coordinarse con CC OO y UGT, reclaman un salario mínimo de 1.500 euros brutos mensuales con 14 pagas anuales. Es un planteamiento que rebaja de manera sustancial las aspiraciones que las centrales tenían hace tan solo un mes, cuando ELA pedía 1.795 euros de SMI y LAB 1.600 euros. En cualquier caso, la organización empresarial continúa considerando inviable la nueva propuesta.
La patronal considera que no es el momento de abrir el debate de un salario mínimo propio si este no se vincula a otras cuestiones como la reducción del absentismo laboral o una mejora de la competitividad. Confebask –junto a las organizaciones empresariales de cada territorio, Adegi, Cebek y SEA– reclama a los sindicatos abordar estos temas junto al Gobierno vasco dentro de la Mesa de Diálogo Social, a la que ELA y LAB no asisten al considerar que es un foro «antidemocrático».
La presidenta de Confebask, Tamara Yagüe, remarcó ayer en una entrevista en la radio pública vasca que las empresas ya han realizado importantes «esfuerzos» en los últimos años. Insistió que el País Vasco tiene los salarios más altos y las jornadas más reducidas del conjunto de España, en un contexto en el que «el SMI ha subido un 67% desde 2018 y las cotizaciones sociales otro 23% en los últimos tres años».
A esta presión sobre los costes laborales –a la que hay que añadir la actualización de los convenios y la amenaza de la reducción de jornada– se le suma «la incertidumbre económica en el panorama internacional». La guerra comercial emprendida por Donald Trump tras su llegada a la Casa Blanca ha sumido a las empresas vascas en un escenario de incertidumbre total. Confebask alerta –y llama a actuar– ante «las preocupantes perspectivas industriales» derivadas de la crisis de la automoción, tractor del resto de sectores empresariales.
Ante la negativa de Confebask a acudir a la reunión convocada el próximo jueves, ELA y LAB amenazan con aumentar «la conflictividad laboral». Las centrales, en un comunicado en el que califican a la patronal como «reaccionaria», redoblaron ayer su presión sobre el Gobierno vasco al reclamar «que se posicione a favor de unos salarios mínimos». CC OO se expresó en una línea similar al instar al Ejecutivo autonómico a reevaluar su interlocución «con una patronal que abandona de facto el diálogo para elegir conflicto».
Los sindicatos continúan reclamando un encuentro para abordar el SMI vasco con el lehendakari, Imanol Pradales, y el vicelehendakari y consejero de Economía y Empleo. Ninguno de ellos ha accedido a la solicitud para reunirse realizada el mes pasado por ELA y LAB. Fuentes del Gobierno vasco aclaran que su intención es juntarse «con todos los agentes sociales» cuando tengan «avanzado» el estudio sobre qué salario mínimo sería soportable. Del mismo modo, reiteran su compromiso «para que exista un acuerdo interprofesional» sobre el SMI.
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