Las empresas vascas advierten de que el acuerdo arancelario supone «un lastre»
La patronal alerta de un impacto negativo en la automoción o la siderurgia y teme un retroceso competitivo frente a China
Lejos de la mesura institucional con la que se recibió el acuerdo arancelario alcanzado entre Estados Unidos y la Unión Europea, Confebask advirtió ayer de ... que el pacto representa «un importante lastre competitivo» para una industria netamente exportadora. La patronal vasca enciende así todas las alarmas contra un marco comercial transatlántico que «marca el inicio de una era de proteccionismo que atenta contra la libertad de mercado».
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La cuestión es que el acuerdo alcanzado entre Trump y Von der Leyen no solo pone en riesgo los 2.000 millones que Euskadi exportó el año pasado a EE UU, sino que amenaza con provocar daños colaterales por su efecto dominó en terceros países. La interdependencia de las cadenas de suministro implica que cualquier distorsión en el comercio mundial arrastre a economías clave como Francia y Alemania, principales destinos del tráfico vasco.
La patronal, que ya venía alertando de los riesgos desde el regreso de Trump a la Casa Blanca, insiste en que la imposición de «cualquier tipo de arancel» constituye una mala noticia para la economía. A su juicio, el acuerdo no puede considerarse positivo, pese a que haya rebajado del 25% al 15 % las tasas aduaneras a la automoción. Se trata de un sector que ya atraviesa una situación crítica por la ralentización económica alemana y que, en los últimos meses, ha visto cómo la producción de Mercedes en Vitoria se ha desplomado un 24 %, además de sufrir un ERE que ha afectado al 40% de la plantilla de Bridgestone en Basauri.
Los grandes fabricantes del sector de la automoción vasca, que desde la imposición de los primeros aranceles han estado exportando con márgenes negativos a la espera de una resolución, confían ahora en aprovechar sus plantas en México -amparadas por el tratado de libre comercio con EE UU- para sortear las nuevas barreras. Otras empresas, como Teknia, que cuenta con producción en suelo estadounidense, prevén minimizar el impacto aumentando su actividad a esas instalaciones. En cualquier caso, califican el acuerdo como «un mal menor».
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Incertidumbre total
La ausencia de rebajas en los aranceles al acero y el aluminio, que se mantendrán en el 50%, ha encendido las alarmas de una patronal vasca que reclama a las instituciones una reacción rápida y eficaz. Una actuación que consideran imprescindible para proteger el empleo -en un contexto en el que empresas como Tubos Reunidos han anunciado ERTEs- y para evitar que China inunde el mercado europeo con productos a precios más bajos y con menos controles de calidad. Portavoces del clúster vasco de siderurgia, Siderex, coinciden en alertar de la llegada de productos 'low cost', al tiempo que mantienen la esperanza de que en un medio plazo este arancel se reduzca.
La patronal vasca exige también aclaraciones urgentes sobre el futuro del sector vitivinícola, uno de los más golpeados hasta ahora por los aranceles. Las empresas afectadas han llegado a calificar la situación como «un auténtico batacazo». Las tasas impuestas suponen un sobrecoste que muchas pequeñas bodegas de Rioja Alavesa -ahora expectantes ante la posibilidad de quedar incluidas en las excepciones- no pueden asumir.
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Si algún sector sale beneficiado, ese es el aeronáutico. Empresas como ITP Aero, con un mercado recién abierto en EE UU, y Aernnova, proveedor estratégicos de Airbus, se verán favorecidas por la eliminación total de aranceles. Esta última compañía forma parte de la cadena de suministro del consorcio europeo, que refuerza así su posición frente a Boeing en un momento en el que se prevé un aumento histórico del gasto en defensa.
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