«El que cambia no siempre gana, pero el que no cambia siempre pierde»

En un hipotético escenario de erupción volcánica, lo primero que hace la población afectada es huir para salvar la vida. Después intenta retomarla, pero se da cuenta de que no puede hacer lo mismo que antes porque el paisaje también ha cambiado. «En esa erupción estamos nosotros ahora». Es la metáfora que emplea Marc Vidal para explicar cómo el coronavirus ha golpeado nuestras vidas. El divulgador y conferenciante coincide con la creencia, muy extendida, de que la pandemia ha acelerado dinámicas en marcha, como la transformación digital.

Asistimos al advenimiento de la «cuarta revolución industrial». Y como pasó con las tres anteriores -las impulsadas por la máquina de vapor, la mecánica y la electrónica-, acogemos este tipo de cambios «desde un punto de vista negativo». Es «como un parto doloroso» que nos introduce en «una era del desorden». Sin embargo, es muy probable que la década que ahora comienza «sea en la se produzca la mayor cantidad de avances de innovación que jamás hayamos vivido».

Vidal considera que con nuestros móviles ultramodernos y pantallas de altísima resolución, que nos mantienen conectados a todo y en todo momento, «estábamos ya en el siglo XXI. Pero resulta que el XX seguía aún entre nosotros porque esos dispositivos y conceptos se habían inventado en los años 90».

El Covid-19 ha originado un triple 'shock': de oferta (se prohibió vender), de demanda (los ciudadanos no tenían qué comprar) y patrimonial (pérdida de valor de las empresas). Una profunda crisis de la que saldrán antes las sociedades «que tengan tecnología asociada, porque podrán dar respuesta a las tres características de esta era del desorden que vivimos: incertidumbre, flexibilidad y digitalización acelerada».

A su juicio, gestionar la incertidumbre «requiere flexibilidad. Y para ser flexible hay que entender que la tecnología no es un añadido, una agresión». Y cuando el mundo cambia, «el que cambia no siempre gana. Pero el que no lo hace, siempre pierde».

«¿Saben que en Corea del Sur hay neveras que te hacen la compra? Cuando detectan, por ejemplo, que faltan yogures, en primer lugar examinan tu cuenta bancaria para saber cuánto dinero tienes. Pero además se conectan a tu estado de salud y, por último, a tu agenda personal, para saber si vas a comer sólo, en compañía… Una vez analizado todo eso, la nevera crea un algoritmo de compra y 'se va' al supermercado 'online'», ilustra. «Publicistas: ¿cómo le vais a vender un yogur a una nevera?», se pregunta Vidal, que advierte: «Esto va de reinventarse y reinterpretar el modelo económico, porque la tecnología lo cambia todo».

El experto reconoce que superar el miedo a la automatización «no es fácil». Pero cuando el miedo paraliza la innovación, «es un drama». La transformación digital, resume Vidal, pasa por cumplir cuatro premisas: poner al cliente en el centro de las decisiones, automatizar procesos, crear nuevos modelos de negocio y desarrollar nuevas habilidades.