Alerta en los mercados ante el impacto de las sanciones en el gas y otras materias primas
La expulsión parcial de Rusia del sistema Swift amenaza con nuevas subidas de precios y disrupciones
Los mercados se preparan para una jornada difícil después de que Estados Unidos y UE acordaran este fin de semana dar un salto cualitativo en ... sus sanciones a Rusia, al bloquear a su banco central y retirar a varias de las entidades financieras rusas de la plataforma Swift, el mecanismo que permite las transferencias internacionales. Aunque esta ultima medida se ha adoptado con precauciones para tratar de mantener a salvo los pagos en materia energética, dada la dependencia de países como Alemania del gas ruso, los operadores advierten de que va a generar fuertes tensiones en el comercio de materias primas. Aparte de ser un productor clave de gas y petróleo, Rusia es un suministrador esencial de aluminio, níquel, paladio o trigo, cuyos precios están ya por las nubes, por lo que cualquier alteración supone un gran riesgo para las economías occidentales.
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La semana pasada el petróleo llegó a superar los 100 dólares, su nivel más alto desde 2014, mientras que el gas alcanzó los 140 euros Mwh, si bien después aflojó hasta los 92 euros, precisamente por el hecho de que Europa se resistiera a adoptar medidas tan radicales como expulsar a Rusia del Swift. Pero la ofensiva de Putin sobre Ucrania le ha obligado a ir más allá.
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Para tratar de contener las consecuencias, se ha dejado fuera del castigo a bancos como el perteneciente a Gazprom, el gigante estatal que gestiona el gas en Rusia, lo que no evitará graves dificultades. «La medida puede causar una significativa interrupción en el flujo de la energía y en otras materias primas», explicaba ayer la firma Energy Aspects a Reuters. Como avance de las sacudidas que vienen, ayer mismo British Petroleum (BP) anunció su intención de vender el 19,7% que tiene en la petrolera estatal rusa Rosneft.
Otro riesgo importante viene por la respuesta de Rusia y, aunque los expertos no contemplan por ahora que corte el suministro a Europa, ya nada se puede descartar en el actual contexto de guerra. No obstante, Gazprom envió ayer un mensaje de tranquilidad al asegurar que las exportaciones por los gasoductos de Ucrania operan con normalidad pese a los bombardeos.
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Rusia suministra el 27% del petróleo que se consume en Europa y es vital en el gas, al aportar el 40%. En el caso de países como Alemania la dependencia llega al 65%, algo que Berlín quiere ahora remediar. Aunque por ahora no se replantea su política de cerrar las nucleares, el canciller Olaf Scholz anunció ayer sus planes de construir dos regasificadoras. «Vamos a hacer más para garantizar nuestra seguridad de suministro», aseguró, después de las críticas recibidas por su alta exposición a Rusia, que le han llevado a frenar la activación de sanciones duras.
British Petroleum anuncia su intención de abandonar la petrolera estatal rusa Rosneft, de la que posee un 19,7%
Pocas alternativas
Esos planes a largo plazo no resuelven, sin embargo, el problema que surgiría ante una corte de suministro en estos momentos en los que encima las reservas en Europa son bajas. No faltan apoyos como el que ayer brindó Argelia, principal suministrador de gas de España, cuya principal compañía, la estatal Sonatrach, se comprometió a ser un «proveedor fiable». Pero también advirtió de que su ayuda dependía de tener capacidad libre.
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Noruega, que es el segundo mayor suministrador de Europa, con un 16%, ya envía todo lo que puede. Otra alternativa sería traer más gas de Azerbaiyán, a través de los gasoductos Transadriático y Transanatolio.
Europa también contempla impulsar las compras de gas natural de Estados Unidos, Australia, Nigeria o Catar a través de metaneros. Aquí desempeñaría un papel clave la red de regasificadoras españolas -entre las que figura Bahía Bizkaia Gas (BBG)-, que es la mayor de todo el continente.
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Pero el plan tiene una importante pega y es la escasa interconexión con Francia. Los dos gasoductos que atraviesan los Pirineos -el vasco por Irún y el navarro por Larraun- apenas tienen capacidad para 7 bcm al año, unos siete metaneros al mes. Una gota para lo que necesita Alemania.
Al menos el gas en España está asegurado por la escasa dependencia de Rusia, a pesar de que el país es justo el principal proveedor de BBG, con el 42%. De lo que nadie está a salvo es de la subida de los precios.
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